Ignacio Bellido (@ElEfectoBellido)
Unionistas 1 – Logroñés 4
“Cuando nos alejamos de la juventud, que es casi toda ella anhelo de
porvenir y, por ende, ansia de todo lo posible, limitamos el campo de nuestras
aspiraciones”
Antonio Machado-
Borrador de su discurso de ingreso en la RAE
¿Cuántas veces has terminado una noche en el bar donde no
querías estar con gente que no te permite ser tú? Eh ¿Cuántas? Muchas veces. Y
siendo joven cuando más. Y, la verdad, verte allí, donde no quieres
estar y con quien no quieres, es una mierda. Amarga y da rabia. Jode,
porque conoces el motivo, identificas a la perfección el momento que, en
apariencia era insignificante, te ha acabado por llevar a ese bar, a esa hora y
con esa gente. Fiarte de un amigo que apenas conoces pero que idolatras. Fiarte
de él, de su palabra y de las promesas de estar más cerca de una ansiada
recompensa. Presentarte a una chica que te gusta que sabe que para por ese bar,
jurarte y perjurarte que con su pandilla no hay alivio para la carcajada y que,
con ellos, todas las barras son barras libres. Y tú te lo crees. Idiota.
Pero aún, como eres muy idiota y, sobre todo, un cobarde. Te
quedas. Te faltan huevos para marcharte y decirle a tu colega que su plan de
fiesta es una mierda. Y, por eso, te quedas. Sabes, además, que no sólo te pasará
esa noche, sino que, seguramente, dependiendo de la cintura que tengas, te
tocará vivir la misma pantomima de noche unas cuantas veces más. Y así, como
dice el míster Jabi Luaces, seguimos repitiendo pequeños errores que nos llevan
a estar en un lugar que no queremos estar. Y que, por eso, no nos queda otra
que aguantar unas semanas más yendo al bar que no queremos con la gente que no
nos apetece. Desprendido de espíritu aguantas ahí, sufriendo tu presente,
arrastrado por los demás creyendo que tu sino es esa deriva. Que dejarte llevar
por el curso de los acontecimientos va a ser la norma. Que no hay posibilidad
para la rebelión.
La solución, sencilla, pasa por reunir el valor para decir
que no. Pararnos frente a nuestro colega y, en su cara, decirle que no queremos
estar en su fiesta, ni oír su reaggeton
ni aguantar a sus amigos. No es suficiente con decir no, sino que hay que
elegir el momento. Son muchas las semanas que comenzamos convencidos que el
sábado no salimos, que vamos a cambiar de hábitos, y cuando comienza la
sintonía de Informe Semanal no sabemos cuántos Larios limón llevamos
encadenados. Y, aun en esas circunstancias, queda espacio para la rebeldía. Para
decir No, que no nos gusta. Porque tenemos unas raíces, unos principios que
hemos ido construyendo con nuestro pasado y es a lo único a lo que podemos
recurrir en momentos de crisis.
El sábado por la tarde fue uno de esos momentos de crisis. Podemos
resumir el partido del sábado así. Veníamos crecidos porque la semana antes nos
encaramos a unos cachorros y parecía, los primeros treinta minutos que podíamos
salir airosos. Pero, llegó Jordan, se pasó de frenada al ponerse farruco donde no
debía, al que rápidamente siguió Brais proponiéndonos salir a por uvas que, en
cosa de cinco minutos, ya estábamos de regreso, otra semana más, al mismo sitio
de mierda. Nos marchamos del campo, frustrados, pero sabiendo que de ahí se
sale. Se sale con la misma determinación con la que se deja el tabaco. Se sale,
ante todo, con la convicción de que no es ahí donde uno quiere estar.
Por suerte, una vez masticada la derrota en el camino de
vuelta, como dice Joan Margarit, recién
galardonado con el Premio Cervantes,
“tenemos la música y la poesía para
darnos consuelo”.
Unionistas: Brais, Piojo,
Jordan Blaise (Álvaro Romero 46´), Ayoze, Góngora, Ribelles, Portilla, Javi
Navas, Diego González (Guille Andrés, 58´), De la Nava, David Grande
(Garrido, 78´)
Goles: 0 -1 , min. 35
Andy; 0 -2 , min. 43 Andy; 0 -3 , min. 66 David; 0 -4 , min. 67 Vitoria; 1 -4 ,
min. 76 Guille Andrés