Acaba de publicarse el libro Branquiazul, escrito por Marcos Gendre, por la editorial Contra (donde hay varias libros editados en torno al mundo del fútbol) que repasa la historia del SuperDépor (equipo del que fuimos todos alguna vez). En aquel equipo estaba picando las defensas rivales Claudio Barragán, delantero valenciano, que llegó a ser internacional y disputar dos finales de la Copa del Rey, una con el equipo coruñés y otra con el Mallorca.
En Salamanca tuvimos la suerte de verle por el Helmántico recién salido de formar dupla con Bebeto. Dejó más de una decena de goles aquel año en primera y, aunque tardó en ver puerta ocho jornadas como delantero charro, se desquitó una mañana en Vallecas marcando un hat-trick en apenas quince minutos.
Ahora el bueno de Claudio se gana la vida como soldado de fortuna en los banquillos donde trata de inculcar la necesidad de brega, concentración y no dar un balón por perdido a sus jugadores.
