Concertamos el reencuentro, a finales de verano, para enero
y, llegada la fecha, nada de nada. Ayer era el día para conocer nuestra nueva
casa, elegir el espacio en la grada donde estar cada quince días, cruzar las
miradas con los que no vemos desde hace u año, volver a cantar. Pasó el día y
no pudimos hacer nada más que pararnos delante del televisor a frotarnos los
ojos con lo que, semana tras semana, va logrando el equipo. Nueva victoria, otra
vez la portería a cero y los equipos que van por detrás en la clasificación
dejándose puntos.
Ya ha pasado toda una vuelta y las previsiones se han roto.
Todo apuntaba que íbamos a ser, como los primeros humanos, un equipo
insignificante, un conjunto incapaz de resistir el enfrentamiento con otros
equipos mucho más poderosos en lo económico y por trayectoria como Deportivo,
Pontevedra, Guijuelo, Salamanca CF y Racing de Ferrol. Sin embargo, hay algo
que este equipo tiene y que los jugadores han aprendido rápido mirando a su
alrededor entre quienes ponen, a diario, su grano de arena para que el club
siga. Sólo cooperando, compartiendo un fin común, intercambiando información y
uniéndose en torno a un relato compartido, todo esto lo explica muy bien Yoval
Noah Harari en su superventas “Sapiens”, es posible enfrentarse al entorno y la
incertidumbre.
Es en la incertidumbre donde Unionistas mejor se mueve.
Donde el resto de equipos naufraga, los pupilos de Hernán Pérez, no se
descomponen. El partido de ayer fue una prueba, tras una primera parte con el
viento y las ocasiones a favor que acabaron por concretarse en el gol de
Aythami de penalti. Vimos unos últimos veinte minutos inciertos con el
Pontevedra continuamente avasallando el área con balones aéreos, en los que dos
de ellos terminaron uno con un paradón de Serna, y otro estrellándose en el
larguero que acabó con roja para Xisco Campos. Veinte minutos finales con el
viento en contra.
En el fútbol se parte de la premisa que hay que coger el
aire a favor en la primera parte, esta era la orden que uno recibía desde el
banquillo para prepararte para el sorteo de campo. No sabíamos si seguiría
soplando el viento después, así que había que aprovechar la coyuntura. Eran los
noventa. No había aplicaciones que te dicen el tiempo al minuto. Esta enseñanza
del fútbol, la llevé al ciclismo y, para mi padecimiento, han sido muchos los
días en lo que me he visto penando por llegar a comer a casa con el aire en la
cara transitando la carretera de Valladolid. Lo que he aprendido es que se
acaba llegando a donde se quiere pero que la mejor manera de hacerlo es en
grupo, compartiendo esfuerzo, apoyándose y no dejándose arrastrar, vencidos,
por la incertidumbre sabiendo que, antes o después, terminarás llegando a casa.
#AlReinaenEnero
Unionistas de Salamanca: Miguel Serna, Mario Gómez, Ramiro
Mayor, Antonio Marín, Luis Acosta, Jon Rojo, Lamadrid (Héctor Nespral min.63),
Cris Montes (De la Nava min.69), Íñigo Muñoz (Álex Rey min.63), Manu Viana (Pepe
Carmona min.63) y Aythami (Diego Hernández min.45)
Gol: 1-0 Aythami (p) min.42