Unionistas de Salamanca 1 - 2 Zamora
Reconocer que hay cosas que mejorar es el primer paso para que una mejora sea posible. La primera parte de ayer, en el Reina Sofía, fue horrenda, viendo a Unionistas incapaz de encadenar tres pases seguidos a ras de suelo. Un partido que me parecía como quien mantiene una relación de pareja desgastada, cargada de rutinas y de conversaciones centradas en lo práctico que se centran en resolver lo inmediato pero sin propósito definido a medio plazo.
Jugar un partido de fútbol como quien ve una película de sobremesa o cine de barrio, ayuda a pasar el rato pero, generalmente, no trae nada consigo. Unionistas ha adoptado esta actitud ante estos últimos choques. Viéndose líder, con un colchón de puntos abultado, ha optado por dejar pasar la hora y media de cada partido sin proponer nada y esperar los frutos. Como si cada partido fuese una inversión a plazo fijo de las rentas conseguidas los meses anteriores.
Lo que hasta ahora había funcionado a la perfección ahora da
muestras de desgaste. La solidez defensiva se ha resquebrajado y los delanteros
no tienen el acierto ni las oportunidades, que brillan por su ausencia, de la
primera vuelta. No hay gol ni oportunidades porque no llegan balones a zonas de
peligro. De la Nava pasa los partidos como un profesor tratando de convencer,
después de haber dado un aprobado general a principio de curso, a sus pupilos
de que hay que esforzarse en jugar en corto. Mientras, Lamadrid pasa los partidos como quien
quiere pasar pantallas antes de tiempo y Aythami parece instalado en la nada de
La Historia Interminable.
No todo son malas noticias en Unionistas. Los quince minutos
tras el gol de Carlos Ramos fueron la línea a seguir en cuanto a la actitud que
se ha de mantener en un partido de fútbol. Fueron minutos incisivos, propositivos
y con la intención de continuar. Una propuesta de fin de semana, de las de
antes, que las parejas se lanzan de vez en cuando. Un esfuerzo que ayuda a
recuperar la ilusión y el brillo en el rostro. Sin embargo, los movimientos de
Hernán en ese momento con los cambios fueron como el jarro de agua fría de
quien, motivado por el nuevo horizonte de planes y aventuras en ciernes, cae en
la cuenta de que hay que cancelar el próximo plan al ser el cumpleaños de la suegra.
Quedan tres partidos. Una liga a nueve puntos en la que el
equipo salmantino comienza en su haber con tres puntos de ventaja para alcanzar
el objetivo de la Liga Pro. Un objetivo que en octubre se veía muy lejano y que,
llegado marzo, rozamos con la punta de los dedos. Creamos en el equipo como las
parejas creen en ellas mismas y son capaces de mantenerse vivas sabiendo
sortear todos los obstáculos que se le ponen por delante. Unionistas y su
afición, como bien es sabido, deben formar, como hasta ahora, una pareja
indestructible.
Unionistas de Salamanca: Serna, Antonio Marín (Manu
Viana min.68), Ramiro Mayor, Jon Rojo, Benjamín Garay, Héctor Nespral (Acosta
min.68), Lamadrid (Cris Montes min.54), Pepe Carmona (Álex Rey min.54), Íñigo
Muñoz, De la Nava y Aythami (Diego Hernández min.63).
Goles: 0-1 Carlos Ramos min.48, 1-1 Jon Rojo min.63, 1-2
Vallejo min.85