Los segundos entrenadores son esas personas que pasan desapercibidas por los equipos y que solo cobran visibilidad cuando se les echa.
Se habla poco de los segundos entrenadores. Son personas que pasan, a menudo, muy desapercibidos. Si tuviésemos que hacer una lista de ellos nos bastaría con los dedos de una mano. Los recordaríamos más por ser personajes pintorescos que por lo que aportan. Me vienen a la memoria el Mono Burgos en el Atlético, Zidane como acompañante de Ancelotti, Ángel Capa y Jorge Valdano o Toni Grande junto a Vicente del Bosque. Todos quieres dejar de hacer ese papel en la sombra y saltar a primera línea, sin embargo, son escasos los que dan un paso atrás dejando el papel de protagonistas como ha hecho Juanma Lillo.
Si hay una cosa que me da pena son esos entrenadores que
intentan hacer carrera ellos solos, sin un segundo que les acompañe. Los
imagino yendo solos a una boda o pasando un post operatorio sin visitas en el
hospital. Gente a la que sus padres, de pequeños, les imponían las amistades
con quién jugar y no ponían una pega. Niños obligados a ceder sus juguetes
preferidos a otros por imposición. Condenados prematuros a la intrascendencia y con tremendas cicatrices en el corazón a cambio de su independencia.
Los veo ya de adultos sin nadie a quién preguntar, antes de una entrevista de trabajo o una cena de empresa qué ropa deben ponerse, o si tal o cual camisa te queda mejor. Una vida con cierto tufillo a fracaso. Apestas a fracaso. No saber qué ropa ponerte tiene la capacidad
de volverte loco así como no saber a quién consultar la táctica con la que abordar los problemas del día a día.
En el mes de agosto tengo una boda y es el momento de ir empezando
a pensar qué voy a ponerme… Es en estos momentos cuando entiendes el papel del
segundo entrenador. Es quien va a acompañarte de forma voluntariosa y sin poner
pegas a este tipo de misiones. Entiendo que no lo hace por altruismo ni porque
le resulte importante verme triunfar con mi elección. Estoy convencido, aunque
tema confesarlo, que lo hace porque lo que no desea por encima de todo es hacer
el ridículo conmigo.
"La vida sin segundo entrenador" aka "Cásate o te quedas para vestir santos "
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