Kabiru Akinsola y Matthew Orongoya Edile llegados a Salamanca en enero de 2009 representan la realidad del sueño perseguido por muchos africanos que emigran para ganarse la vida con el fútbol.
Los dos jóvenes, incorporados en el último día del mercado de invierno, consiguieron el transfer para sumase a la Unión Deportiva Salamanca tras muchas dificultades administrativas que, una vez en España, se mantuvieron ya que no tuvieron el permiso para poder jugar hasta finales del mes de marzo.
Los dos jugadores nigerianos, campeones del mundo sub-17 con Nigeria en 2007 tras derrotar la Alemania de Toni Kroos en semifinales y a la selección española en la final en la que había jugadores como Bojan, Illarramendi, Nacho o De Gea, llegaron como una apuesta decidida del club y del director deportivo Balta. El fichaje pretendía, si todo salía bien, reflotar la economía del club mediante la revalorización de Akinsola y Edile para un futuro traspaso algo que, a lo largo de la década, se había ido instalando como política deportiva en muchos clubes europeos a lo largo de la década.
El poder político en el fútbol africano
Los aspectos políticos en el fútbol africano son mucho más
evidentes que en el europeo. Para comenzar, la influencia política en el fútbol
está muy conectada con el poder político en muchas sociedades africanas, en
ellas el poder es ejercido atendiendo más a individuos particulares que como el
ejercicio de una serie de tareas o responsabilidades. En este contexto, por
tanto, el poder utiliza numerosas estrategias para garantizarse la lealtad de
sus seguidores. El fútbol y los futbolistas se convierten, de este modo, en una
herramienta para poner en marcha estas estrategias. Lo vemos en los grandes
partidos o competiciones en las que veos grandes delegaciones de políticos, a
presidentes del gobierno inaugurando o presentando torneos, selecciones nacionales
volando en vuelos chárter o recibidas en el palacio presidencial además de
ofrecérseles generosas primas o regalos. Por ejemplo, las vacaciones nacionales
son declaradas en el calendario haciéndolas coincidir con grandes eventos
futbolísticos para garantizarse el apoyo de los aficionados. En todos estos
ejemplos vemos la importancia del poder simbólico de la política en los que los
componentes rituales son muy importantes.
Los políticos africanos suelen ignorar la separación de
poderes. Ellos están acostumbrados a presionar a las federaciones nacionales y
los seleccionadores. Le guste o no a la
FIFA, as federaciones africanas no son independientes del poder del
estado. Las continuas luchas del poder
político son muchas veces las causas de los cambios en los dirigentes de las
federaciones y de los cambios de seleccionador. Muchos entrenadores son
contratados a pocas fechas del inicio de una gran competición con la exigencia
de lograr buenos resultados, no en el largo plazo, sino ahora. Bajo estas
circunstancias un desempeño y progreso a largo plazo se torna más complicado.
En los estados autoritarios, la influencia política es mucho
más notoria: las autoridades gubernamentales intentas controlar a la sociedad
civil mediante el control de los medios de comunicación, acuerdos de negocios y
a través de todo tipo de organizaciones.
La falta de pluralismo político provoca una curiosa paradoja: hechos “no
políticos” como el fútbol acaban convirtiéndose en toda una cuestión de Estado. Los mandatarios de países autoritarios
intentan controlar e instrumentalizar el fútbol, convirtiendo el desempeño del
equipo nacional o el equipo local como el símil de su propio desempeño y
capacidad. Muchas personas son muy conscientes de este hecho.
Los estadios de fútbol también son lugares en los que se
puede exhibir descontento con las autoridades de estos gobiernos autoritarios.
Una derrota en el campo de juego puede ser vista como una derrota del gobierno.
Los estadios en áfrica son, por tanto, un lugar de poder y resistencia política
mucho mayor que otros espacios de oposición o de lucha de poder. El fútbol es
un medio para poner en práctica el poder o de enfrentarse al mismo.
Un ejemplo de este hecho sucedió en la Copa de África de
2021 en Angola, cuando el grupo rebelde Frente
para a Libertacao do Enclave de Cabinda (FLEC) llamó la atención del mundo
tras un ataque al autobús que transportaba a la selección de Togo, provocando
tres fallecidos. Este hecho llevó al presidente angoleño José Eduardo Santos a
imponer mano dura contra los disidentes y, aprovechando la distracción de la
población con el torneo, abolir el voto popular para la elección del presidente
y prorrogar así su mandato hasta este
2022.
Fútbol y
cultura de izquierdas en África
En áfrica clasificar a un político o partido como de
izquierdas o de derechas, especialmente en el África subsahariana, de manera
continua es muy complicado. ¿Existe una izquierda política organizada en
África? Los partidos representan más a regiones o individuos que a programas
políticos tal y como los entendemos en Europa. Lo mismo sucede con los equipos
de fútbol, estos representan una zona concreta, un barrio o un grupo social,
por lo que las ideas de los jugadores importan muy poco. Sí es más frecuente
que los clubes se definan por cuestiones socioeconómicas: el club de los ricos
o el equipo del pueblo. Hay ejemplos destacados de estas rivalidades como son
los duelos en Argelia entre Jeunesse Sportive de Kabulie (ricos) y la Union
Sportive de la Medina d’Alger (clase obrera), o en Costa de Marfil con la
rivalidad entre ASEC Mimosas (equipo de los comerciantes ricos) y Stella Club
d’Adjamé (pobres). En otras ocasiones entran en juego cuestiones étnicas y e
identidad regional como ocurre en Tanzania donde el club Samaba es visto como
el equipo de los africanos y árabes educados, mientras que el Yanga (Young
Africans FC) es el equipo de la gente humilde de la costa. Pero hablar de una
corriente de izquierdas en el fútbol africano es ir demasiado lejos. Lo único
cierto es que sí hay equipos que derivan, como ocurre en otros países, de equipos
formados por trabajadores de una u otra actividad como os trabajadores del
ferrocarril, de los funcionarios o de las fuerzas de seguridad o del propio
ejército.
Ha habido estados socialistas en África en el que el fútbol
tuvo un papel muy importante. Ahmed Sekou Touré, antiguo presidente de Guinea,
era un apasionado del fútbol y durante su gobierno varios clubs del país fueron
muy fuertes, especialmente en la década de los 70. En esos tiempos los partidos
de fútbol eran lo más importante de todo, hasta tal punto que los judares eran
asignados a equipos específicos y tenían prohibido realizar cualquier tipo de
contacto con clubs extranjeros. Las escuelas y fábricas cerraban los días de los partidos
importantes para asegurarse el apoyo de sus aficionados. El equipo favorito de
Touré, Hafia Conakry, dominó por entonces la liga nacional y llegó a ser capeón
en tres ocasiones de la Copa de Campeones de Africa. El otro club, Haroya de
Conakry también logró ser campeón de África en otra ocasión. Touré disfrutaba
presentando los trofeos a sus aficionados y recibiendo con asiduidad a los
jugadores en el palacio presidencial. En 1976, cuando el equipo de Haifa
Conakry perdió la final de la Copa de África ante el MC Algers los jugadores
fueron acusados públicamente de “traicionar la revolución”, “deshonrar la
educación recibida” y “provocar la vergüenza nacional”.
Los encuentros entre la selecciones de Guinea que abanderada
de la victoria de la revolución socialista y Costa de Marfil vinculada al
capitalismo reaccionario o frente a Senegal que representaba el poder colonial
francés fueron, en su momento, vistos como duelos entre distintos sistemas
políticos. Del mismo modo los partidos entre Costa de Marfil y Ghana o entre Congo
y Zaire eran vistos como duelos de los poderes políticos. Todos tenían algo en
común, tanto los gobiernos de izquierdas y derechas en África, han utilizado el
fútbol como una vía de ejercicio de poder de una forma muy parecida.
Fútbol e
inmigración africana: la esclavitud de un sueño.
Hay un tópico extendido en la última década acerca de la
conexión entre l fútbol africana y las malas condiciones con las que muchos
jugadores africanos juegan en Europa y los métodos de reclutamiento empleados.
Hablar de comercio de esclavos o algo semejante en comparación con los
futbolistas africanos es muy exagerado y una comparación muy peligrosa. Esto no
excluye negar la existencia de algunos problemas vinculados a la emigración de
quienes persiguen el sueño de ser futbolistas profesionales en Europa.
La emigración, como sabemos, toma muchas formas. Hay jugadores
que viajan con sus propios medios hacia Europa, en ocasiones de forma ilegal,
usando el dinero ahorrado por ellos y su familia para sufragar los costes del
viaje usando las líneas habituales de migración. Otros, llegan al continente
europeo de la mano de representantes y agentes para darse a conocer en períodos
de prueba en diferentes clubes, en ocasiones, bajo falsas promesas de conseguir
un contrato seguro. En estos casos siempre hay mucho dinero de por medio.
Algunos jugadores sí conseguirán un contrato pero, la gran mayoría, se
encuentran, de pronto, abandonados por esos agentes teniéndose que buscar la
vida por sí mismos en un país extranjero. Muchos se niegan a volver a sus
países de origen y a sus casas para no ser catalogados como perdedores por su
comunidad y optan por prolongar su estancia de manera ilegal. Hay miles de
futbolistas africanos, normalmente muy jóvenes, que no alcanzaron su sueño
viviendo en Europa de forma ilegal. Si finalmente alcanzan un contrato, lo más
habitual es que lo consigan para ligas menores y a cambio de un salario muy
bajo que no les permite salir adelante sólo con esa retribución al competir en
ligas no profesionales.
El problema de estos jugadores africanos que consiguen, al
menos, hacerse un hueco en las ligas no profesionales es el gran nivel de
dependencia de sus clubs al carecer de cualquier otra red de protección y re
apoyo social. Con todo, es complicado que deseen regresar a sus países de
origen ya que las perspectivas económicas en el mismo no son mejores y, aun
teniendo estudios superiores, estos no les garantiza el progreso social como sí
lo pueden alcanzar a través del fútbol. Por ello, emprendieron el viaje y por
eso, aun en unas condiciones de gran dificultad, optan por alargarlo el máximo tiempo posible.
Es tal la visión de que le fútbol es un motor para el
ascenso social en África que, desde inicios de los años noventa, se vivió una
gran proliferación de academias de fútbol en todo el continente. Academias que
tienen acuerdos con clubes por toda Europa que esperan conseguir a precio de
saldo futbolistas de gran talento: Akinsola y Edile llegaron a Salamanca
procedentes de una de esas academias de la que también llegó a España,
concretamente al Numancia de Soria, Lago Junior. Así, estas academias
habitualmente con recursos en organización e infraestructuras deficitarias, cada
vez, reclutan jugadores cada vez más jóvenes descuidando en muchos momentos su
educación académica que pueda servirles de colchón para el futuro centrando la
apuesta de cada chaval en un único talento: su habilidad para el fútbol.
¿Qué fue de Akinsola y Edile?
Volviendo a Kabiru Akinsola y Edile hagamos un repaso a sus carreras
para conocer si pudieron ganarse la vida como profesionales del fútbol. El
delantero, Akinsola, ha logrado hacer del fútbol su profesión ya que jugó con el
primer equipo de la Unión Deportiva Salamanca, Zamora, Cádiz, Cartagena,
Mérida, Hospitalet y, por último en el Tomares. Junto a estos quipos también
jugó en la liga de Chipre en las filas de Doxa Katokopias, en Rumanía enrolaldo
en el club CSMS Iasi y en Al-Talaba SC de Egipto así como en el Sunshine Stars
de su país natal.
Nigeria vs Spain 2007 U17 World Cup final penalty shoot-out, enjoy pic.twitter.com/hxryn06rMd
— Pappy Thiago (@McDre_10) April 9, 2021
Por su parte, Mathew Orogoya Edile no llegó a disputar ningún partido con el primer equipo de la Unión Deportiva Salamanca ya que sólo jugó con el filial el año de su llegada.
Al finalizar la campaña, pese a que
había marcado un penalti decisivo en la tanda de penaltis de la final de la
Copa del Mundo sub17 ante España, los técnicos consideraron que no tenía nivel
para el primer equipo y, consumado el descenso del filial a categorías
regionales, el lateral puso rumbo a Cataluña donde firmó por el Olot y en donde
ha seguido jugando en diferentes equipos. Actualmente lo hace en las filas del
Club Atletic Castellserá.
Fuentes consultadas:
GABRIEL KUHN "Soccer vs the State". PM Press. 2011.
DANIEL KUNZLER "Fussball in Afrika" Brandes & Apsel. 2010.
www.laprefente.com https://www.lapreferente.com/J136973/edile.html
TransferMarket https://www.transfermarkt.es/matthew-edile/profil/spieler/100700