Hay parejas sin química. Es lo que podría decirse de Casañ con la afición de Unionistas. Después de meses de intentarlo, de buscar el momento en el que la chispa prendiese, en este febrero de un día de sol y otro de brasero, la relación llegó a su fin. Son muchas las oportunidades concedidas. Raúl Casañ lo ha intentado, ha mostrado sus fundamentos, su capacidad de trabajo y buena preparación de partidos. Le queda en el debe la habilidad para conectar.
Si algo puede resumir el equipo hasta ahora es la de un equipo emocionalmente reprimido, más pendiente de que el aficionado no le pite, de no cometer errores, que de arriesgarse hacia lo desconocido y alimentarse de la adrenalina que provee el riesgo, seña de Unionistas. Identidad que, esta temporada, se ha perdido. El aficionado del Reina es tolerante, entregado a su equipo, sabe de sus límites. Lo único que no le permite es que este no arriesgue, que no se deje todo en el campo. No digo que los jugadores, individualmente, no se esfuercen cada uno al máximo pero, en conjunto, traslada la impresión de que podría hacerse mucho más. Ya se sabe que, cuando hablamos de personas, el todo es mucho más que la mera suma de las partes.
Casañ se va, espero que no haya problemas en hacerle los papeles del paro, y otro llegará. Su reemplazo deberá, fundamentalmente, recuperar la conexión con la grada. Para eso no vale cualquiera. Los jugadores tienen capacidad para alcanzar el objetivo sin dificultad. Si el que viene consigue que Chapela entienda que, cuando salta al césped, no está jugando su partida de FIFA en modo carrera, que a Christian Santos hay que alimentarle de balones desde la banda. Un míster que le diga a Jon Rojo que del pasado no se vive, menos aún con 25 años, o que le haga entender a Juanpa que más deprisa es, en su caso, más despacio. Indicar a Ramiro y Nespral que a quien deben interpelar no es a los colegiados sino a sus aficionados. Sólo con estas cuatro pinceladas gran parte del camino ya estará hecho. Lo de reconectar con la grada será fácil: un carrera en busca de un balón perdido, el pie fuerte ante el rival, igual día córner consecutivos también ayudará, un par de disparos a puerta, un corte providencial... En fin, cositas. Intangibles que llaman los expertos .
El futuro es cada vez más cercano para Unionistas. Tres meses. Noventa días para, como las energías renovables, cimentar la permanencia es su mejor activo: su afición