¿Dónde estabas hace diez años? Así planteada, como quien trata de resolver un crimen, es la pregunta que sobrevuela de continuo el proyecto futbolístico para la ciudad de Salamanca que se presentó hace unas semanas.
Pensaba que no iba a hablar de ello, que dejaría pasar el tema porque ya dejé unas valoraciones hace unas semanas cuando hablaba de las Estructuras de Sentimiento en Salamanca o, hace años, al exponer mi visión del por qué de la rivalidad del fútbol salmantino entre Sectarios y Engendristas, pero no he podido por menos que volver a entrar al trapo del Manifiesto por Salamanca. Dejarse llevar suena demasiado bien.
Anoche, viendo la televisión, mientras buscaba el espacio perfecto con el que quedarme dormido, apareció en pantalla un excapitán de la Unión Deportiva Salamanca: Sito. Sentí lástima. Acompañado por un periodista, Carlos creo que era el nombre del que ejercía de expositor del proyecto, el que fuera el dueño del carril derecho de la UDS durante diez años, se me asemejaba a un veterano de la guerra del Vietnam. Sito, con su gorra calada, lanzaba un discurso descontextualizado, fuera de lugar instalado en una actitud de desarraigado. Esa es la impresión que me quedó del excapitán. He sentido lo mismo por Balta al escucharle hoy en Radio Marca.
En cuanto al discurso, lo reivindicado se resume en: compra de los símbolos por parte de las instituciones públicas de la desaparecida Unión Deportiva Salamanca, adquisición del estadio Helmántico por el Ayuntamiento, la creación de un proyecto futbolístico que aglutine a la ciudad... La iniciativa, hasta la fecha, se sostiene desde mensajes de apoyo de exjugadores, nada más, sin acciones concretas. El argumentario se completa con una exposición de números hecha a vuelapluma, alrededor de 3 millones de euros anuales que debe aportar un inversor, para que Salamanca pueda tener un equipo en el fútbol profesional. La necesidad de recuperar la memoria y el valor, para la ciudad y sus ciudadanos, que tuvo la Unión Deportiva Salamanca era una frase recurrente acompañada de golpes sentidos en el pecho.
Donde estaban hace diez años. Ahí siguen. Es el resumen que me llevé de lo que pude escuchar. Escuché que lo que se busca y se ofrece como proyecto es recuperar el lugar que se tenía hace una década en relación al fútbol de elite en Salamanca. Unos, le pongo nombre, no me corto, como Sito y Balta, dando la sensación que lo que pretenden es volver a tener un puesto en los despachos o el banquillo ya que ven que sus opciones en los proyectos actuales, Unionistas de Salamanca y Salamanca CF UDS, son escasas y fuera de la ciudad las oportunidades de trabajo también son mínimas.
He dicho muchas veces que el fútbol es un espejo de la sociedad. Este proyecto del manifiesto también lo es. Es el reflejo de los que buscan conservar privilegios. Unos a través de sus cabinas de prensa como parece por parte de Alberto Pérez y Carlos, periodistas que abanderan el proyecto, que ven, igualmente, que están fuera del actual ecosistema informativo del fútbol en Salamanca. Y otros, empresarios, políticos... que no se manifiestan pero que se dicen están, apoyan, secundan, jalonan la iniciativa. ¿Qué buscarán? Creo que recuperar un espacio de visibilidad clave para mostrar a los demás su poder y capacidad de influencia: un palco donde sentarse, porque en los de hoy uno mancha de polvo sus trajes y en otro nos les rinden pleitesía.
Por desgracia para la ciudad, sus ciudadanos y los que vendrán, muchos están donde estaban hace diez años e incluso más atrás.