Valeri Nepomniachi fue el técnico soviético que llevó a Camerún a los cuartos de final del Mundial de Italia en 1990.
La persona más conocida del fútbol de Turkmenistán es el que fuera seleccionador de Camerún en el Mundial de Italia´90: Valery Nepomniachi. Un entrenador que se hizo con el mando de la selección africana en verano de 1988 y que fue capaz, dos años después, de llevar, por primera vez en la historia, a un equipo africano a los cuartos de final.
Los orígenes de Nepomniachi
¿Cómo llega un entrenador rusa a tomar las riendas de Camerún a finales de los ochenta? La respuesta está en la propia vida de Nepomniachi. De niño, acabó recorriendo toda la Unión Soviética hasta terminar en la actual Turkmenistán, tras la infatigable búsqueda por parte de su madre de su hermano mayor del que no tuvieron noticias durante cinco años a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial hasta que dieron con él en la ciudad de Almaty en Kazajstán, de donde le enviaron a Turkmenistán donde Nepomniachi pasó su infancia.
La ciudad de Serdar, desarrollada como nudo de comunicación entre la capitas Asjabad y las ciudades costeras y el norte de Irán que dan salida al mar Caspio, basaba su actividad alrededor de una planta de reparación de automóviles donde su hermano trabajaba como ingeniero. Unido a esta actividad industrial la militar, con la presencia de dos aeródromos militares y gran parte de la cúpula de la inteligencia rusa, trabajando por estudiar los efectos de superar la velocidad del sonido en condiciones de elevada temperatura. La disciplina militar y la alta exigencia forjarían el carácter de Nepnomiachi, algo que acabaría poniendo en práctica a la hora de dirigir a sus equipos.
Valery Nepomniachi se sentó por primera vez en un banquillo para hacerle un favor a un amigo. Por ayudarle se hizo cargo de un equipo de chicos de 14 años de su ciudad y ahí comenzó su carrera. De este grupo pasó a coger a un equipo juvenil en una escuela de fútbol de la capital. Su deseo era quedarse en el fútbol formativo pero los jugadores que había ido dirigiendo, dieron el salto a la Primera División de su país en las filas del FC Kolkozchi y se encontró en 1979, por petición de las autoridades, a los mandos de un equipo profesional dar continuidad al trabajo que había realizado con ellos en la categorías inferiores.
Un año duró su primera aventura como profesional como entrenador. Nepnomiachi se sabía carente de conocimientos específicos por lo que, pasado ese año, ingresó en la Escuela Superior de Entrenadores de Moscú en donde permaneció dos años antes de regresar a Turkmenistán para tomar los mandos de la selección nacional.
Cómo llegar desde Turkmenistán a Camerún. El viaje de Nepomniachi hasta el Mundial.
El salto a dirigir a Camerún llega porque, en los tiempos de la antigua Unión Soviética, era habitual que se enviase a entrenadores al norte de África durante un par de años a adquirir experiencia.
En 1988 a Nepnomiachi, sin capacidad de decidir sobre su carrera el Cómite Deportivo de la URSS, le asigna como destino la selección juvenil de Surinam. Finalmente, por diferentes problemas burocráticos no llega a tomar posesión de su cargo y, tres meses después, le llega la posibilidad de dirigir a la selección de Marruecos o la de Camerún.
Aceptó sin pensarlo el cargo como entrenador de Camerún, en donde reemplazó al francés Claude Le Roy que acababa de hacer al equipo campeón de la Copa África disputada en Marruecos, ya que había visto el desempeño de su selección en el mundial de España´82, ya que había acudido en condición de analista a elaborar informes para la selección soviética. Nada más tomar posesión de su cargo y sin tiempo de preparación tuvo que dirigir a la selección en la Copa UDEAC. Nepomniachi estaba perdido en este campeonato que se disputaba a mediados de los ochenta ,entre los países que integraban la Unión Aduanera y Económica de África Central. Aun así, quedó subcampeón al perder la final ante Gabón.
Viendo las dificultades de Nepnomiachi para hacerse entender con los jugadores, unas semanas más tarde, otro ruso, Lev Brovarkyi, que como futbolista jugó doce años en el FC Karpay Lviv de Ucrania, se unió a su equipo técnico para llevar a Camerún de vuelta a la fase final de la Copa del Mundo. Esta incorporación, junto a la figura del antiguo chófer de la embajada de Camerún en la URSS que ejerció de traductor, el técnico consiguió, poco a poco, y no sin dificultad, ir inculcando algo de disciplina y rigor táctico a sus jugadores.
En los dos siguientes años siguientes el trabajo del técnico dio sus frutos al devolver a Camerún a la fase final de la Copa del Mundo. Es conveniente recordar que solo dos países africanos tenían plaza para Italia´90. La clasificación implicaba superar como primero una fase de grupos en la que, se lo jugó a todo o nada, en un último partido en casa ante Nigeria a la que derrotó merced a un tanto de Oman Biyik. Una vez superada esta fase tocaba enfrentarse a doble partido al campeón de otro grupo, en este caso el rival fue Túnez a la que derrotó en los dos partidos.
Un ruso haciéndose el sueco en Italia: Nepomniachi y sus leones verdes.
Las semanas anteriores al inicio del Mundial de Italia fueron una lluvia de críticas y menosprecios para el técnico provenientes de jugadores, prensa y autoridades de Camerún.
Todo parecía ir como la seda para Nepomniachi hasta que, tres meses antes del Mundial, tocase defender el título de campeón una nueva edición de la Copa África en Argelia. Batacazo.Camerún perdió los dos primeros partidos, especialmente dolorosa la derrota ante Zambia en el debut, y ya disputó el tercer partido sabiéndose fuera de la competición.
Las críticas arreciaron sobre el Nepomniachi fueron despiadadas. Los jugadores cuestionaban sus métodos, tácticas y alineaciones. Los dirigentes del país no daban crédito y, fruto de ello, el propio presidente del país Paul Biya obligó al entrenador a convocar a un ídolo del fútbol camerunés, el medio retirado, Roger Milla que a sus 38 años disfrutaba del fútbol amateur tras su periplo por Francia y que no estaba, ni de lejos, para disputar los 90 minutos de un partido a tope de intensidad.
Frente a todo, el técnico soviético tiró de sus influencias castrenses y decidió, de cara a tomar las riendas y que la cosa no se le fuese de las manos, dar un giro de timón en la preparación para el mundial. Semanas antes del inicio de la cita concentró a los jugadores en Yugoslavia en donde, en un plan de preparación más propio de un campamento militar donde primaron la austeridad y el trabajo físico. Junto a la férrea disciplina, Nepomniachi aplicó otra norma inquebrantable: el que criticara sus métodos se queda fuera del once.
El primero en probarlo fue el meta N´Kono que tras criticar a la Federación de Camerún por su papel en la Copa de África declaraba, semanas antes de empezar el campeonato, que "este Mundial me parece que lo voy a ver desde la grada, quizá ni siquiera me siente en el banquillo" pero aun así "seguiré hablando con el corazón en la mano y pondré los puntos sobre las íes", sostenía el meta españolista. La situación, finalmente, cambió a su favor ya que el meta que se presumía titular indiscutible Bell, horas antes del partido inicial, criticó los métodos del técnico Nepomniachi contradiciendo al seleccionador al decir "que el equipo camerunés no ha progresado en los últimos años" y, como premio a tan atinado comentario, cedió su sitio como titular al bueno de Tommy N´Kono.
Este era el panorama para el debut de Camerún en el Mundial de Italia ante la todopoderosa Argentina de Maradona. Nadie daba un duro por la victoria africana, pero los pronósticos se hacen para equivocarse. Camerún con un despliegue físico envidiable, un derroche de técnica y de rigor táctico llegó a dejar en ridículo al combinado albiceleste. El trabajo de Nepomniachi dio sus frutos pues el equipo demostró mucho temple, capacidad para manejar la pelota y solidaridad entre los jugadores que, pese a estar con diez más de treinta minutos, lograron sacar la victoria gracias a un cabezazo de Omán Biyik en el que el meta Pumpido puso mucho de su parte para que la pelota entrase.
"Ellos tienen a Maradona sí, pero también puntos débiles como su falta de cohesión" afirmó el técnico de Camerún en la previa. No erró en su visión del partido. Indiferente a todas las críticas recibidas y al ninguneo de la prensa internacional, Nepomniachi sorprendió al mundo con un planteamiento de partido muy acertado y gracias a la entrega de unos jugadores capaces de meter la pierna en la boca de un caimán para defender su portería.
Camerún logró la victoria ya que jugó desde la humildad, desde esa austeridad en la que venían conviviendo en la preparación para este partido inicial. Trabajando de forma incansable, cada uno de los jugadores mostrándose como once rocas durante todo el partido. Desarrollando un marcaje en zona con ayudas desarrollado a la perfección y una marca individual sobre Maradona que dejó sin ideas a los argentinos. Una máxima del fútbol aplicaron los defensores de Camerún en el partido: pasa el balón o el jugador, nunca los dos La forma de atacar sencilla, buscar el desdoble de los jugadores más veloces buscando en balón largo las espaldas de la zaga de Argentina.
La historia de este partido ya ha sido muchas veces escrita y oída. Victoria de Camerún que, en el siguiente encuentro también derrotó a Rumanía, asegurándose el pase a octavos donde derrotó a Colombia, otras de las sensaciones del torneo, tras perder con claridad ante la URSS por 0-4. En octavos un gol de Milla merced a un error de Higuita dio el pase a cuartos donde durante 85 minutos, Camerún, África y el mundo entero veían que el pase a semifinales del equipo dirigido por Nepomniachi era posible. Todo se desvaneció con los dos tantos de penalti de Lineker para llevar el partido a la prórroga el primero, y para dar la puntilla el segundo. Amargo fin al sueño del equipo africano.
Acabado el torneo, meses después tras ver como un Roger Milla revitalizado era nombrado mejor jugador africano del año, Nepomniachi abandona el banquillo de Camerún. Iniciaba así un retiro de dos años antes de volver a entrenar, en este caso en la liga turca, desde la que inició un periplo que le llevó por Corea, China, Japón, Uzbekistán y Rusia en donde, nunca más, pudo reeditar el éxito vivido en Italia´90.
Colabora con Las Ganas de Ganar ayudando a mantener este espacio
De cara a sostener este espacio y los demás donde puedes encontrarnos. colabora con la aportación que desees: un cigarrillo suelto, un café, una jarra de cerveza o una entrada de fútbol a través de nuestra cuenta de Bizum +3464653559, indica en el motivo Las Ganas de Ganar y el nombre de tu jugador favorito y un correo electrónico para que podamos hacerte llegar contenido exclusivo.