Eduardo Pereira es conocido por tener uno de lo mejores bigotes de la historia del fútbol y uno de los más destacados guardametas sudamericanos en la década de los ochenta.
Eduardo Pereira y su llegada a la Unión Deportiva Salamanca
El guardameta Eduardo Pereira (o Pereyra según la fuente) defendió el escudo de la Unión Deportiva Salamanca en dos temporadas en unos años en los que la UDS tenía un marcado acento suramericano. Llegó al equipo blanquinegro en 1978 para ser el reemplazo de Jorge D'Alessandro en la portería. El meta argentino había sufrido el desagarro de un riñón en el primer partido del año en San Mamés. Los pronósticos apuntaban que no volvería a ponerse los guantes a consecuencia de habérsele extirpado el riñón y, además, la normativa del momento lo impedía. Por suerte, los peores augurios de los primeros días no se cumplieron y el pibe pudo volver a los terrenos de juego.
Eduardo Sagales Pereira llegó, procedente del Guaraní de Paraguay, con la papeleta de hacerse con el puesto de quien era un alma máter y líder del vestuario. El equipo, bajo las órdenes de García Traid, se encontraba en el momento de su llegada en los puestos altos de la clasificación, tercer clasificado, y Joao Alves deslumbraba a todos aquellos que tenían la oportunidad de verle sobre el césped. Sin embargo, las grandes actuaciones del meta suplente Antonio, jugador local, en lo que se acababa de concretar la llegada de Pereira le cerraron el paso para verle con el 1 a la espalda.
En su segunda temporada, la Unión Deportiva Salamanca cambia de entrenador y llega Felipe Mesones. Las dudas acerca del estado de salud de Jorge D'Alessandro y si estará válido para el alto nivel, llevan a tomar la decisión de mantener tres porteros con opciones de ser titulares. Antonio, Pereira y D'Alessandro optan a ser los guardametas titulares. Pronto Jorge D'Alesandro demuestra que sigue estando al nivel previo a su accidente y no hay opciones para sus rivales en la portería. La presencia de jugadores como Amarillo, Chaparro, Cino o Joaquín hacen más llevadero el día a día de Pereira en Salamanca pero, a final de temporada, la mejor opción pasa por buscarse otro equipo.
Concluida su relación con la Unión Deportiva Salamanca opta por marcharse al Nástic de Tarragona que militaba en Segunda División. Allí le discute el puesto a Blay, guardameta titular, pero el rendimiento del equipo es muy pobre y apenas consigue dejar la portería a cero en un partido de los doce que disputa. El equipo pierde la categoría y Pereira busca una nueva oportunidad para demostrar su valía en Sabadell.
El paso por Tarragona y Sabadell de Eduardo Pereira.
En su primer año, temporada 1980-1981, en el club arlequinado el guardameta Jordi Castel le cierra el paso y no disputa un solo en encuentro. Cuando la dinámica de un equipo es buena, no se piensa en hacer cambios y, ese año. el Sabadell mantuvo opciones hasta la última jornada por ascender a Primera División. La buena temporada del equipo y de Castel en particular, despierta el interés de otros clubes, que ficha por el Castellón en donde tendrá la oportunidad de estrenarse en la máxima categoría. El horizonte de la titularidad se despejaba para Pereira.
La temporada 1981-82 la empieza como titular pero una abultada derrota frente al Real Murcia en el estreno ante el Real Murcia le lleva inmediatamente al banquillo. Vicente Amigó, meta que había defendido la portería del Fútbol Club Barcelona y proveniente del Hércules se hace con el sitio. Sin embargo, Pereira no se rinde, sigue trabajando día a día para demostrar su valía y, finalmente, a mitad de temporada vuelve a ter su oportunidad. No la desaprovecha. Agarra la titularidad y no la suelta en lo que resta de temporada y la siguiente. Su capacidad de reacción bajo palos, su bigote y sus pantalones largos comienzan a ser las señas más reconocibles del gran portero que puede ser si mantiene su progresión.
Eduardo Pereira llegó a Peñarol donde pudo demostrar todo su potencial.
El guardameta uruguayo volvió a su país para acabar fichando por Peñarol donde se convirtió en el capitán de un equipo que hizo historia en el fútbol uruguayo.
El Sabadell pierde la categoría en la temporada 1982-1983 por lo que Pereira opta por regresar a Uruguay y enrolarse en las filas del Montevideo Wanderers. Ese año se sale y, viendo el nivel, Peñarol de Montevideo se hace con sus servicios. Vuelve así, diez años después, al club del que partió rumbo a la Unión Deportiva Salamanca. Es en estos años en Peñarol, a las órdenes de Óscar Washington Tabárez, donde alcanza su mejor rendimiento ayudando al equipo a ganar dos Campeonatos Nacionales y, sobre todo, lograr la victoria en la Copa Libertadores al derrotar a América de Cali, que contaba con el argentino Gareca en la delantera, en el partido de desempate, en el último minuto del tiempo añadido. Agónico.
Este enfrentamiento final de la Copa Libertadores de 1987 es una de las más recordadas de la historia. Primero porque en el duelo disputado en Colombia el América de Cali se hizo con una victoria cómoda por 2-0 y, a Peñarol, en la vuelta solo le valía ganar para forzar el desempate. En aquella edición no se tenían en cuenta los goles anotados. Y, Peñarol, el conjunto carbonero, se hizo con la victoria por 2-1 cuando apenas faltaban 2 minutos para el final del partido con un gol de Bomba Villar que lograba darle la vuelta al marcador y culminar la remontada desatando la locura en las gradas del Estadio Centenario de Montevideo. El encuentro de desempate, se disputó en Santiago de Chile, una semana después y el resultado ya o sabemos 1-0 con gol de Diego Aguirre en el minuto 120 que le dio su quinta y última Copa Libertadores a Peñarol de Montevideo hasta la fecha.
Eduardo Pereira y su papel en la Copa América 1987.
Eduardo Pereira fue el portero titular en la Copa América 1987 en la que Uruguay revalidó su título.
No fue el único gran Trofeo que Eduardo Pereira levantó en aquel 1987, apenas unos meses antes, defendiendo la camiseta de la selección de Uruguay había logrado también ser campeón de América. En esta edición de 1987 Uruguay defendía el título logrado en 1983 por lo que, entraba en competición directamente en semifinales, pero a cambio de hacerlo con un hueso: Argentina. El equipo albiceleste venía de ser Campeón del Mundo el verano anterior y llegaba al campeonato en el que ejercía como anfitriona con la obligación de ganar. Maradona y los pupilos de Bilardo no se podían permitir otra cosa que levantar la Copa de campeones. Hasta que se cruzaron con Uruguay y Pereira que protagonizaron un nuevo Maracanazo al derrotar en el Monumental de Buenos Aires, con una actuación grabada en el recuerdo de los uruguayos del guardameta con una parada antológica al Toro Funes, por la mínima a Argentina gracias a un gol de Alzamendi.
En la final de aquella Copa América aguardaba Chile . El equipo chileno había hecho un gran campeonato goleando a Brasil y dejando fuera del último partido a Colombia con un juego vistoso. Sin embargo, en la final cayó preso del juego canchero de Uruguay, el partido acabó con cuatro expulsados, dos por cada equipo, uno de ellos Enzo Francescoli, y un gol de Pablo Bengoechea en el minuto 56 decantó el partido del lado uruguayo.
La Copa Intercontinental de 1987 entre Oporto y Peñarol de Montevideo.
El enfrentamiento en el ganador de la Copa de Europa frente al de la Copa Libertadores ha quedado para la historia por la tormenta de nieve que cayó durante todo el encuentro.
El año 1987 acabó para Eduardo Pereira con la disputa de la Copa Intercontinental frente al Oporto. El encuentro terminó con empate a uno en el mercador. Sin embargo, un gol del argelino Madjer, le daba la victoria al cuadro portugués en un encuentro muy recordado por la copiosa nevada caída en Tokio durante el transcurso del encuentro. Hoy día, ante tales condiciones no se habría disputado el encuentro pero, ya se sabe, eran otros diciembres y otros tiempos.
Eduardo Pereira, tras su gran 1987, firmó por Independiente de Avellaneda.
Concluido el inolvidable 1987 para Eduardo Pereira emigra a Argentina para enrolarse en las filas de Independiente de Avellaneda. Su rol de entrada le quedó claro ya que el técnico Jorge Solari, le marcó claramente que el meta titular, para él, iba a ser el chileno Sergio Vargas. Pereira se veía de vuelta al banquillo, algo que no le sucedía desde sus años en España, pero, como ya le pasó en el pasado, tenía claro que su oportunidad acabaría llegando. Esta le llegó seis meses después de su llegada y, desde entonces, con él en la portería se acabaron las dudas. El equipo cogió velocidad de crucero y acabó proclamándose campeón en la temporada 1988-1989.
Los años en Argentina se acabaron tras la disputa de los encuentro clasificatorios y el Mundial de Italia en 1990 ya que, debido a su convocatoria con la selección, quedó fuera de la dinámica del equipo y ya no recuperó su puesto bajo el arco. Decidió salir de Independiente y regresar al fútbol uruguayo donde finalmente dijo adiós a su carrera deportiva en Montevideo defendiendo la camiseta del Liverpool.
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