Iban Zubiaurre decidió firmar, con apenas 14 partidos en Primera División, por el eterno rival. Una decisión que acabó con su carrera y su salud.
Iban Zubiarre, con 22 años y 14 partidos en Primera División protagonizó la última guerra, hasta la fecha, entre Athletic de Bilbao y Real Sociedad. Era el primero de julio de 2005, en la radio Alejandro Sanz y Shakira nos torturaban, Amaral con sus Días de Verano nos iba a acompañar el resto del estío sonando por los altavoces en todas las piscinas municipales y en las discotecas, una y otra vez, chirriaban las Zapatillas de El Canto del Loco. Empezaba la que sería, hasta este 2023, y no lo sabíamos la última edición del Grand Prix del Verano y, sobre todo, sucedía un hito histórico en la historia de España: el Congreso de los Diputados aprobaba la ley de matrimonios homosexuales.
Zubiaurre, natural de Mendaro, municipio guipuzcoano situado junto al río Deva en el que su padre fue alcalde en los noventa, venía llamando la atención de todos por su capacidad para desenvolverse como lateral derecho. Indiscutible en el filial donostiarra era un fijo también en las convocatorias de la selección española en categorías inferiores. En 2002 alcanzó a ser campeón de Europa sub19 en Oslo dentro de un equipo que lideraban Fernando Torres, quien marcaría el gol en la final ante Alemania, Reyes e Iniesta en la que también participaron jugadores que acabarían vistiendo la camiseta de la Unión Deportiva Salamanca como Murillo y Jorge Pina.
Iban Zubiaurre: de debutar en Primera a tener que pagar por jugar
Iban Zubiaurre protagonizó un culebrón a consecuencia de su fichaje por el Athletic de Bilbao en 2005.
Su debut en Primera le llega de la mano de Amorrortu, un técnico que siempre ha apostado por la cantera, para cubrir la baja por lesión de López Rekarte en Riazor frente al Deportivo de la Coruña. Cumple a la perfección cuando salta al campo, va entrando y saliendo del once hasta que, en la recta final de la temporada, se afianza como titular.
En la Real Sociedad se frotan las manos con Zubiaurre que aparece como competencia al indiscutible López Rekarte. Todavía le queda un año por delante de contrato, no hay prisa, ya se sentarán a hablar del futuro una vez que el equipo donostiarra tenga nuevo presidente y su equipo de trabajo tome los mandos. Sin embargo, el 1 de julio estalla la bomba informativa en el fútbol vasco. Zubiaurre es anunciado como nuevo jugador del Athletic de Bilbao y será presentado en Ibaigane. Nadie sabe nada del interés del equipo bilbaíno que había visto como Gaizka Garitano, petición expresa del nuevo entrenador Jose Luis Mendilíbar que la ha tenido a sus órdenes en el Eibar, elegía la opción de la Real Sociedad antes que firmar por el Athletic, una cuchillada en el ego del presidente Fernando Lamikiz, que se movió rápido para vengar el daño. Miguel Fuentes, aún con la resaca de ganar las elecciones para ser el nuevo presidente de la Real Sociedad, se encuentra con un papelón nada más llegar.
El Athletic anuncia la contratación del prometedor lateral Iban Zubiaurre a coste cero, según el club bilbaíno, ya que el jugador llega libre tras haber expirado su contrato a fecha 30 de junio. Saben que no han fichado a ninguna estrella como para que se arme revuelo, es solo una operación del presidente Lamikiz para decir un aquí estoy yo ante una Real Sociedad que se le ha adelantado en la contratación de Garitano y Cifuentes. En Anoeta están perplejos, parece que se repite la historia de Iturrino, Joseba Etxeberría, Alkiza e Imaz. Otro jugador donostiarra que ponía rumbo a Bilbao. Sin embargo el club txuriurdin está dispuesto a presentar batalla. La Real Sociedad afirma que el jugador tiene contrato hasta el 30 de junio de 2006 ya que ha hecho valer, y así se le comunicó al jugador, el derecho a prorrogar un año más su contrato. y en el que se fija una cláusula de rescisión de 30 millones de euros. Lío a la vista.
Iban Zubiaurre: presentado como primer fichaje del Athletic de Bilbao.
El lateral cumple su sueño de jugar en el Athletic, equipo de su madre, sin saber que eso pondrá fin al suyo de ser futbolista.
Iban Zubiaurre parece estar tranquilo. Ha hecho lo correcto. Asegura que cuenta con un acuerdo en el que, previo pago de una cantidad pactada con el club guipuzcoano, puede marcharse cuando lo desee y ese contrato al que remite la Real, que firmó con 17 años, quedaría anulado. Zubiaurre lo tiene claro, el equipo de sus amores es el Athletic y está deseando sumarse a los entrenamientos a los órdenes de Mendilíbar para comenzar a pelear el puesto con Iraola. "He cumplido un sueño" afirmó Zubiarre en su presentación como jugador del Athletic, club al que se une para las siguientes seis temporadas, aunque eso sí, se cuidan de no escenificar la clásica firma del contrato ni posado con la camiseta. Nadie se explica su contratación, ya que el Athletic ha repescado a Unai Expósito de Osasuna, salvo por dar un bofetón y desestabilizar a su eterno rival.
Desde 1 de julio empieza un nuevo episodio en la rivalidad entre Athletic y Real Sociedad. El primer acto, se rompen todo tipo de relaciones entre ambo clubes y Zubiaurre es citado para presentarse, junto al resto de sus compañeros, el 4 de julio a seguir las indicaciones del técnico Amorrortu. No aparece por allí y el técnico le mandó un recado. "Zubiaurre no es futbolista para la Real Sociedad. Si no hay un cierto nivel de compromiso este jugador, ni ningún otro, merecen estar aquí". Las espadas están por todo lo alto. Zubiaurre pasa a ser el enemigo público número uno de los txuri urdin, él lo sabe y afirma en su presentación "sé que habrá revuelo en San Sebastián. Cuando me toque, escucharé y aguantaré mecha".
Aparece en escena, en la presentación el representante del jugador: Ángel Caballero. El representante añade más leña al fuego al afirmar tener pactada la salida de Zubiaurre con el anterior Consejo de Administración y con Roberto Olabe, director deportivo en aquel momento."Mantuve en Anoeta, la semana anterior a las elecciones, una reunión con la directiva en la que se acordó la salida amistosa y negociada a cambio de 500.000€ de mi representado. El jugador es libre". El representante, antiguo futbolista que vistió la camisera del Real Valladolid y Logroñés a finales de los 60, es agente de amplia trayectoria y reconocimiento en España ya que llega la presidencia de la Asociación de Agentes de Futbolistas. Un desconocido fuera del ámbito de lo negocios futbolísticos, su nombre nombre había empezado a sonar estado asociado a los escándalos en las comisiones de los fichajes de Geovanni y Rochemback por el Fútbol Club Barcelona, ya que Chus Pereda, principal implicado, era su socio en la agencia de representación Anchusport.
La sentencia del "caso Zubiarre"
Los Tribunales dictan una sentencia que no satisface a ninguna de las partes.
El verano avanza, Lance Armstrtong se ha hecho con su séptimo Tour de Francia, la liga está punto de comenzar, el mercado de fichaje apura sus últimos días, y el asunto no se ha resuelto. Se intentan buscar vías, la Real Sociedad quiere sentarse en una mesa en la que Zubiaurre, Athletic y Real Sociedad para alcanzar un acuerdo extrajudicial. A comienzos del ese mes de agosto, El Juzgado de lo social de San Sebastián había rechazado la petición de Zubiaurre de rescindir su contrato con la Real Sociedad en el que figuran los 30 millones de euros para la salida del jugador. Por su parte, Zubiaurre quiere apurar la opción de comprar su carta de libertad a cambio de cantidades que ronden el millón de euros pero, de dónde sacarlos con su sueldo de mileurista. Aquí es donde estiba gran parte del enredo ya que "alguien" le tendrá que dejar ese dinero.
La Real Sociedad mueve ficha, la nueva directiva quiere mostrarse implacable por lo que presenta una demanda en el juzgado contra Zubiaurre y cintra el Athletic de Bilbao, exigiendo el pago íntegro de la cláusula del jugador. El futbolista se queda en una situación muy comprometida, la liga va a comenzar y no va a poder jugar, al menos de momento, y la cuantía económica que se le demanda es para echarse a llorar. Las denuncias del jugador por despido improcedente no fructifican. Vienen tiempos duros. Zubiaurre pasa de estar jugando en Primera a verse entrenando con la Cultural de Durango y el Elgoibar, sin poder jugar, hasta que su situación se resuelva.
Seis meses después, en marzo de 2006, llega la sentencia. Iban Zubiaurre, así como el Athletic de Bilbao como responsable subsidiario, debe pagar 5 millones de euros, en concepto de daños y perjuicios, a la Real Sociedad por romper de forma unilateral el contrato que le vinculaba a la Real Sociedad. Nadie está conforme, la Real porque sigue reclamando los 30 millones que son vitales para que el club pueda eludir la Ley Concursal que se avecina, ni Zubiaurre ni Athletic porque consideran que la relación con el club donostiarra del lateral estaba extinguida.
La sentencia emitida deja algunas cuestiones que afectarán al proceder de jugadores y clubes en el futuro. Establecer que la cláusula de un jugador, lateral derecho, que no ha llegado a jugar 20 partidos en la máxima competición es, a todas luces, un exceso. Más aún cuando el salario base del jugador es de 390€ más posibles primas que podían llegar a acumular un valor de 100.000€ anuales. Se fija la cantidad de 5 millones a pagar a la Real Sociedad, que puede seguir siendo abusiva, pero ninguna de las partes ha presentado otras cifras de referencia de traspasos de jugadores de similares características que pudieran ser tenidas en cuenta.
Iban Zubiaurre se enfunda la camiseta del Athletic de Bilbao.
Más de un año después de su primera presentación, Zubiaurre vuelve a aparecer ante los medios como nuevo jugador, ahora sí, del Athletic de Bilbao.
Zubiaurre y Athletic no están conformes. El jugador porque tiene que asumir el pago de un dineral y el Athletic de Bilbao porque entiende que, al no haber firmado ningún contrato, no tiene responsabilidad alguno. Recurren la sentencia pero esta es ratificada por el Tribunal Superior del País Vasco, en octubre de 2006, ocho meses después de la primera. El jugador no se manifiesta tras la sentencia pero quien sí lo hace es el Athletic que, en palabras de su entonces presidenta Ana Urquijo, decide romper todo tipo de relación con la Real Sociedad ya que según sus palabras "no entiendo la persecución de los donostiarras hacia el jugador. al que están impidiendo el ejercicio de su profesión".
Zubiaurre, pese a poner de su parte por no perder la forma, ha cogido peso tras año y medio sin jugar un partido La sentencia le indica lo que debe hacer para volver a saltar al campo, pagar los cinco millones y listo. Athletic y jugador acuerdan pagar a medias los 5 kilos. El día de su segunda presentación con el Athletic de Bilbao, un 15 de noviembre de 2006, nadie sabe cómo habrá afectado en lo anímico todo lo vivido por el jugador. Seguro que no ha sido fácil. "En este tiempo me han pasado cosas que no recomendaría a nadie", manifestó en su presentación. Verse en mitad de un enredo de semejantes dimensiones, sin poder jugar, con su carrera frenada en seco y, ahora, por último, su representante le demanda porque quiere su parte del pastel el contrato de ocho años a razón de 600.000€ anuales que acaba de firmar. No hay quien salve a este chico." De lo que firmé con el Athletic a lo que finalmente cobré no tiene nada que ver", diría años después una vez retirado.
En cuanto a la valoración hacia su anterior equipo, la Real Sociedad, Zubiaurre dice que "a la Real Sociedad le debo todo en lo deportivo y en lo personal, otra cosa es cómo valoro el comportamiento de sus directivos. Todo esto me ha pasado solo porque firmé con el Athletic, si hubiese sido con el Murcia no hubieran reaccionado igual". Quiere pasar página y desprenderse de la sudadera roja que lleva para enfundarse la camiseta rojiblanca en el césped de San Mamés. Aún tendrá que esperar dos meses, hasta febrero para volver a saltar a un terreno de juego, lo hará en el Vicente Calderón frente al Atlético de Madrid. Sólo jugará esos minutos en lo que resta de temporada.
Sus dos temporadas iniciales son un vacío. El jugador es una incógnita que debe ser despejada ya que apenas cuenta como bagaje en el máximo nivel una quincena de partidos y casi dos años en el limbo. Su tiempo inactivo le supone un lastre en cuanto a ritmo, no es capaz de reengancharse al nivel de exigencia y las lesiones se suceden. Dos partidos en sus dos años, tres si le añadimos el año que ha pasado en blanco esperando se resolviese su caso. Su debut en San Mamés, ante un público que le esperaba impaciente en el verano de 2005, se produce en 2009 en un partido de UEFA frente al Austria de Viena en el que juega quince minutos sustituyendo al jugador al que iba a pelearle y ganarle el puesto cuando firmó: Andoni Iraola. Acaba el encuentro lesionado. Han pasado cuatro años y nadie espera ya nada de él. En Bilbao se lamentan por no llegar a ver al jugador que podría haber sido y en la Real Sociedad nadie se culpabiliza por nada.
Las cesiones como salida honrosa para Zubiaurre.
El jugador sale cedido a distintos equipos y, en su periplo, aparece una figura que hace aflorar de nuevo todos sus fantasmas: David Vidal.
Zubiaurre, con un contrato de ocho temporadas firmado, se convierte es un lastre para el Athletic que opta por darle salidas en forma de cesión. La primera al Elche en donde se le pueden presentar una buena oportunidades en segunda división para comprobar si, mínimamente, pude acercarse al jugador que se esperaba. En el equipo franjiverde juega, vuelve a sentirse futbolista. Le toca adaptarse a jugar siendo diestro en el costado izquierdo, es lo que le ha pedido el técnico David Vidal si quiere pelear por un puesto en el once titular, si lo hace tendrá su sitio en la alineación. Zubiaurre acepta el reto. Entrena duro, pelea en cada entrenamiento y se esfuerza por adaptarse a la nueva posición. David Vidal apenas le da media hora en los 7 partidos que dirigirá al equipo antes de ser destituido.
El año en Elche es bueno, incluso vuelve a sentir la emoción desbordante al hacer un gol. Un golazo de falta en Balaídos. Ha pasado un lustro desde que anotase el último con la Real Sociedad B en un derbi en Zubieta frente al Athletic B donde también jugaron Azkorra y Goikoetxea. Eran otros tiempos. Si algo significativo a lo largo de esa temporada es su regreso a Anoeta. Allí salta al campo para enfrentarse a la Real Sociedad dirigida por Lillo que pena en Segunda División. Cuatro años han pasado desde que estalló el conflicto pero la afición no lo olvida. Le cae la del pulpo cada vez que toca el balón durante los 90 minutos que está en el campo.
La temporada en Elche la ha dejado buenas sensaciones, se ha sentido valorado por el técnico Claudio Barragán y, además, ha conocido a la que será su mujer. Ahora espera que, en su regreso a Bilbao, Joaquín Caparrós confíe, de una vez por todas, en él. No sucede, en todo el año apena le da esos minutos residuales en la primera ronda de la UEFA en San Mamés. Nada más.
En la temporada 2010-2011 sale cedido al Albacete, entrenado por Antonio Calderón y con Keylor Navas en la portería, en donde juega diez encuentros. Las lesiones le siguen lastrando, una falta de continuidad que le impiden sentirse del todo futbolista. y, sobre todo, la contratación de David Vidal, con quien vuelve a coincidir, le deja chupando banquillo. La mente le puede. Se ve que la oportunidad se ser futbolista vuelve a marcharse con la llegada del gallego al Carlos Belmonte, pasan las jornadas y no se le presentan oportunidades. Su cabeza no deja de darle vueltas al asunto y sus problemas de ansiedad se manifiestan en problemas estomacales, colitis ulcerosa, que le tienen más de un mes ingresado. La dolencia.. convertida en enfermedad crónica, le acompañará de por vida, mientras que los problemas no dejan de sucederse. Su padre, moebro del PNV, ha sido detenido y acusado de colaborar en el hackeo de ordenadores de parte del gobierno de Patxi López que , por entonces, ejerce como lehendakari.
Acaba la temporada, ya de con el alta hospitalaria y de vuelta a Bilbao, otro año en blanco a las órdenes de Marcelo Bielsa. Sabe de antemano que el argentino no cuenta con él. El jugador sabe que es un problema, una "mancha negra" en la plantilla actual del Athletic y de su historia reciente. Un fichaje, una operación, que el club, si pudiera volver atrás, no llevaría jamás a cabo. Los aficionados que se acercan a Lezama le miran con condescendencia, hinchado por los corticoides que debe tomar para remitir su enfermedad, apuntando que tiene aspecto de futbolista retirado. Con 28 años todos le dan por acabado.
Iban Zubiaurre y su última oportunidad como futbolista en la UD Salamanca
El lateral disputó más de 30 partidas con la camiseta de la UDS en la que fue la última temporada del club salmantino.
En el verano de 2012, Iban Zubiarre, mucho más delgado que nunca, llega a Salamanca de la mano de Gorka Etxebarria. Nadie lo sabe pero va a formar parte de la última plantilla de la Unión Deportiva Salamanca, un entidad asfixiada en lo económico. El equipo salmantino puede incorporarle ya que es el Athletic de Bilbao quien asume el coste íntegro de su ficha, en Lezama Zubiaurre supone un problema del que desembarazarse cada verano. "Vengo a Salamanca para volver a sentirme futbolista" decía en su presentación, delgado y con mirada lánguida, como jugador de la UDS. Los medios salmantino le preguntan por Arbeloa, jugador de origen salmantino, que acaba de proclamarse campeón de Europa con la selección absoluta y que fue su suplente diez años atrás en el título que consiguió con la selección sub19. "En aquel campeonato yo lo jugué todo y Álvaro se quedó fuera de la lista. Eso demuestra cómo cambian las cosas y cómo un jugador se puede estancar si no juega".
Su temporada en Salamanca es buena para él. Alcanza a jugar más de 30 partidos, algo inédito en su carrera, y hace 3 goles. En la capital del Tormes es testigo de primera mano de cómo el club se deshace, los impagos a los jugadores de la plantilla están ahí y no hay por dónde coger la continuidad de la entidad sin alcanzar el ascenso a la categoría de plata. su buen año, al menos, le ayuda a volver a llamar la atención de algunos equipos.
El último año en Salamanca es también su último año como jugador del Athletic de Bilbao. Jugador y club optan por rescindir, de mutuo acuerdo, el contrato que les vinculaba. Zubiaurre es libre en ese momento para fichar por el equipo que quiera. Se decanta por el Racing de Santander que acaba de caer al pozo de la 2ªB. No llega siquiera alcanza a debutar, realiza la pretemporada, pero una nueva dolencia, en este caso una pubalgia, una lesión recurrente en su carrera, hace que el equipo santanderino se lo piense a la hora de tramitar su ficha y rescinde el acuerdo que tenían por dos temporadas. El jugador cansado de ser sospechoso habitual, de las lesiones y del fútbol opta por la retirada. Tiene 30 años y toda una vida por delante.
Iban Zubiaurre se despide del fútbol y de los juzgados
Zubiaurre dijo adiós a los terrenos de juego en 2013 pero, sus litigios por su fichaje por el Athletic, aún se extendieron en el tiempo debido a que fue denunciado por su representante.
Quiera olvidar el fútbol, su fichaje por el Athletic y todo lo que trajo consigo. No lo consigue. Su agente Ángel Caballero le tiene aún en los tribunales. El agente le ha reclamado su comisión por el contrato firmado con el Athletic, una cantidad que ronda los 250.000 euros. El jugador se defiende indicando que, el contrato final que firma con los bilbaínos lo ha acordado él directamente con el club. Sin embargo, los tribunales le dan la razón a su agente alegando que, la relación de mediación exclusiva entre las partes, está vigente y que, pese a que las condiciones contractuales las haya negociado el jugador directamente a su agente le corresponde su parte. Toma la traca.
Iban Zubiarre contraataca. Ahora es él quien demanda a Ángel Caballero ante el Tribunal supremo por la negligencia causada en su salida de la Real Sociedad, al engañarle afirmando que su relación contractual con el equipo de San Sebastián había finalizado cuando no era así, del mismo modo que afirma que no tiene por qué pagarle comisión por un contrato en el que no ha formado parte alguna en su conformación. El Tribunal le da la razón a Zubiaurre y condena su exagente a pagar una cifra cercana a los 3 millones de euros, tanto por el daño causado como indicando que no tiene derecho a comisión alguna por un trabajo que no ha realizado, por mucho contrato de exclusividad que tuviese con el jugador. Las partes llegan a un acuerdo económico con el que Zubiarre da carpetazo definitivo a su carrera como futbolista profesional.
Abandonado el fútbol regresa a Elche con su mujer, allí tienen dos niños, en donde emprende su propio negocio. Iban Zubiaurre gestiona su taller mecánico. Ahora el fútbol solo lo ve por televisión en donde sigue con interés los partidos del Athletic y, sobre todo, intenta vivir cada día, tratando de olvidar, cada día, aquel fatídico 1 de julio de 2005.
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