El Fútbol Club Barcelona asumiría el pago de la deuda de la Unión Deportiva Salamanca, cifrada en 12 millones de euros, para que el equipo salmantino se convirtiera en el segundo filial blaugrana.
En la primavera del año 2003 saltaba a la prensa la noticia de que se abría la posibilidad de compra de la Unión Deportiva Salamanca por parte del Fútbol Club Barcelona. Era la primera semana de abril, el escritor Terenci Moix acababa de fallecer y Estados Unidos, apoyado por Gran Bretaña y España, cercaba Bagdad en la guerra de Irak, la chavalada andábamos en la calle manifestándonos en contra de la LOU y en China andaban con la mosca detrás de la oreja con un brote de neumonía atípica a causa de un virus procedente del consumo de animales en el sur del país. Eran tiempos en los que en televisión congregaba a millones de personas para ver la serie UPA Dance y la segunda edición de Operación Triunfo, y en los cines Mortadelo y Filemón causaba sensación.
En cuanto al fútbol, la Unión Deportiva Salamanca, otro año más ya tenía claro que, ese año, tampoco iba ser el del tan deseado ascenso. El equipo había comenzado la temporada con Balta en el banquillo. En el puente del Pilar ya estaba despedido después de la eliminación del equipo en la primera ronda de la Copa del Rey y por apenas ganar y empatar un partido. Una contundente derrota frente al Elche en el Helmántico le puso de patitas en la calle para la llegada de Jorge D'Alessandro. El técnico argentino endereza al equipo que apenas pierde partidos pero tampoco los gana debido a una alarmante falta de gol. Los Stelea, Roberto Fresnedoso, Quique Martín, Gañán o Nan Ribera hacen lo que pueden y, también, mucho lo que quieren ya que no les resulta agradable jugar con la incertidumbre de si cobrarán su salario.
Por su parte el Fútbol Club Barcelona ha rescindido a Van Gaal, en su segunda etapa al frente del club blaugrana, que apenas ha durado media temporada y lo tiene todo encomendado al papel en Champions con Radomir Antic en el banquillo. El equipo está en cuartos de final y debe enfrentarse a la Juventus, en Liga el objetivo es clasificarse para Europa, algo que conseguirá en la última jornada obteniendo plaza para jugar la UEFA. La situación institucional del equipo es crítica con Joan Gaspart habiendo dimitido en febrero y con una junta provisional encabezada por Enric Reyna.
La deuda de la Unión Deportiva Salamanca y sus contrapartidas.
La UD Salamanca arrastraba una deuda que estaba lastrando su viabilidad y continuidad. Se convocaba una nueva ampliación de capital con los ojos puestos en el Fútbol Club Barcelona.
La Unión Deportiva Salamanca, pese a verse manteniendo la categoría, vive perseguida por el fantasma del descenso de categoría a causa de las deudas que arrastraba la entidad. Juan José Hidalgo está de vuelta en la presidencia del club después de haber dado la espantada un par de años atrás cuando, ya con las deudas asomando, realizó una ampliación de capital en la que único que se escuchó fueron silbidos y todo el dinero que consiguió fue el que no se le cayese del bolsillo.
Los más de 12 millones de euros que la UDS adeuda lastran a la entidad para la que alcanzar un acuerdo con el Fútbol Club Barcelona sería todo un salvavidas. Los contactos y tanteos acerca de esta operación los pone en marcha el empresario Silvestre Sánchez, entonces vicepresidente de la Unión Deportiva Salamanca, afincado en la ciudad condal y con muy buenas relaciones con todo el tejido empresarial catalán a través de su cadena de marisquerías Salamanca. El empresario muy implicado con el club hubo de hacer frente, meses atrás, al pago de su bolsillo de las nóminas de varios meses que estaban pendientes de cobro por los jugadores.
Muy poco se sabe de las posibilidades del acuerdo y los términos del mismo en caso de producirse. Se habla de que el Barcelona asumiría total, o parcialmente la deuda de la UDS, a cambio de tener una opción preferencial por los jugadores del primer equipo así como de la cantera. Todas las especulaciones surgen a raíz de que la directiva charra ha convocado la celebración de una ampliación de capital en un intento de captar nuevos recursos económicos para el club.
La relación entre las dos entidades es correcta y puede favorecer que el acuerdo se logre fácilmente. Se le ofrece al equipo blaugrana la posibilidad de incorporar a un consejero de peso a procedente de Barcelona a su estructura. El acuerdo implicaría, además de lo ya reseñado, la posibilidad de que jugadores de la cantera blaugrana llegaran al equipo charro, así como miembros del cuerpo técnico y de otros servicios de cara a mejorar el funcionamiento de la UDS, equiparándolo a un segundo filial azulgrana.
En Salamanca la noticia fue recibida con euforia y con mucha cautela. La Unión Deportiva Salamanca en esos primeros meses solo ha recibido malas noticias por parte de los tribunales a causa de su errada gestión. Juan José Hidalgo tiene cada día en su correo notificaciones judiciales que le impelen a pagar las fichas de la actual plantilla y las deudas que arrastra con jugadores que abandonaron hace años la disciplina charra. Esta gestión pasada, sumada a la falta de liquidez debido a que la marcha del equipo no mueve dinero en taquilla ni se encuentran otros caminos de generación de ingresos que los propios de la actividad de los días de partido, han provocado que no haya dinero en la caja. De ahí que Hidalgo encuentre como única vía de escape la ampliación de capital.
Ronaldo Nazario: la salvación fallida de la Unión Deportiva Salamanca
El futbolista brasileño estuvo por Salamanca con su amigo el presidente Hidalgo viendo al equipo. Se especuló acerca de que pudiese convertirse en un potente inversor en la entidad salmantina,
La situación financiera del club presidida por Juan José Hidalgo es crítica. Cuanto más se va sabiendo más va cayendo el mito de Pepe Halcón en Salamanca. Lo que antes eran aplausos ahora son silbidos. Se dan situaciones que rozan el esperpento como que Ronaldo Luiz Nazario da Lima, futbolista brasileño que militaba entonces en el Real Madrid y amigo personal del presidente, se rascase el bolsillo, en una visita a Salamanca para jugar al golf y ver en el duelo en el Helmántico frente al Numancia a su recomendado Cacá, aportando a fondo perdido 30.000 euros para mejorar la tesorería de un equipo que no tiene ni para dar el cambio en la cafetería del estadio. El objetivo convertir al futbolista en un reclamo para empresarios e inversores de cara a sumarse a la ampliación de capital. Resultado gafas.
Al final, como es bien sabido, nada de nada. Ni compra ni acuerdo de colaboración por ninguna parte. El Salamanca siguió penando su deuda hasta su desaparición diez años después. El Barcelona que, en aquel momento, se vio inmerso en unas elecciones que acabó ganando, inesperadamente, Joan Laporta no quiso saber nada más del asunto. Así acabo este episodio de relación que solo duró lo que duran las primeras flores de la primavera, lo único que permaneció y ahí sigue es la deuda.
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