José Américo Taira llegó a la Unión Deportiva Salamanca de la mano de Joao Alves para ser el motor del equipo. Cuatro temporadas y 127 partidos con la UDS le convierten en un jugador del que todos se acuerdan con cariño.
José Américo Taira siempre siempre aparece a la hora de enumerar a los mejores jugadores que han vestido la camiseta de la Unión Deportiva Salamanca. Un medio que saltaba al verde del estadio Helmántico con rostro serio, concentrado, pelo en punta y tirita en la nariz. Un jugador con aspecto rudo, de quien no se espera una sonrisa, pero con una importante misión: marcar el ritmo del partido . El portugués llegó a Salamanca a mediados de los años 90, formando parte de aquel desembarco de portugueses llegados con la ley Bosman de la mano de Joao Alves.
Taira y Os Belenenses: el entrenador que le recomendó dedicarse a otra cosa.
Los inicios en el club de sus amores no fueron fáciles para Taira. El entrenador belga Henri Depireux le recomendó que se buscase otro oficio.
Taira, nacido en Lisboa, llegó a Salamanca en el verano de 1996 procedente de Os Belenseses acompañado de Giovanella, César Brito, Catanha, Ivkovic y su principal valedor, el técnico Joao Alves. El entrenador "Luvas Pretas" era el jugador que Taira admiraba cuando jugaba al fútbol de pequeño en las calles de Oeiras, municipio limítrofe con Lisboa, y en cuyo equipo comenzó a desenvolverse de mediapunta a los 14 años. Hasta entonces el fútbol había sido diversión y mero entretenimiento en las calles y plazas, desde ese momento comienza a ser un sueño posible.
Su llegada de Taira a Os Belenenses se produce a los 17 años tras superar las pruebas de captación. No fue sencillo ya que tuvo que hacer frente los meses anteriores a una lesión de tibia, aun así consiguió superar las pruebas e incorporarse al equipo. A partir de este momento el fútbol deja de ser el pasatiempo de Zé Américo para comenzar a ser algo más seria para Taira, apelativo que desde ese momento será conocido. Dos años en las inferiores en los que destaca por su calidad pero, llegado el último año de juvenil, clave para todo joven que aspira a llegar al primer equipo las puertas se le cierran abruptamente.
El belga Henri Depireux ha sido contratado como nuevo técnico por Os Belenenses. El nuevo entrenador, que había hecho carrera en el fútbol de su país en los los 60 y 70, llegando a ser internacional en un par de ocasiones, llega al equipo como relevo del inglés Jimmy Melia con ganas de imponerse desde el primer día. Era el año 1985 Taira espera tener alguna oportunidad en el primer equipo en el que, si uno repasa la plantilla de aquel equipo, sorprende ver en sus filas a Canito, exjugador de Barcelona y Espanyol, en el que sería su último equipo profesional.
Henri Depireux le pone las cosas claras a Taira. No hay sitio para él en Os Belenenses, es más, el belga no cree siquiera que haya el mínimo espacio para él en el fútbol, así que es mejor para él que se dedique a divertirse como corresponde a su edad y buscarse un grupo de amigotes con los que jugar el fin de semana. No se cortaba un pelo este entrenador que años más tarde entrenaría a las selecciones de Camerún y Congo.
José Américo Taira confío en sí mismo. Las palabras de Depireux en vez de hundirle le espolean y, para no olvidarlas, lleva en su cartera un recorte de prensa con su cara para no olvidarlas. Taira se marcha a jugar al CD Montijo, equipo ya desaparecido del distrito de Setúbal, donde milita en el período de 1986-1988. En esos dos años forja su carácter y sigue creciendo como futbolistas. En el verano de ese 1988 tiene la oportunidad de volver a enfrentarse a Os Belenenses en un amistoso, juega un partidazo, y el entrenador John Mortimore le reclama para que vuelva. Lo hace firmando un contrato de tres años ya como jugador profesional.
Las cosas no son sencilla para Taira, tiene 18 años y debe cumplir con el servicio militar obligatorio, año medio de servicio en la marina del ejército portugués. En ese momento, si quiere mantener vivo el sueño de llegar lejos en el fútbol le toca estudiar más que nunca. Unas buenas notas en los exámenes del entrada le garantizan poder escoger destino cerca de Lisboa y poder asistir a lo entrenamientos. Compatibilizar servicio militar y fútbol resulta complicado.
Debut en Primera con Os Belenenses de Taira
José Américo Taira por fin debuta con el primer equipo, aunque su presencia es testimonial, sin embargo con el paso de las temporadas irá ganando peso en el equipo.
Su debut en la Primeira Liga de Portugal se produce en noviembre de 1989. Taira juega los 90 minutos en un duelo que acaba con victoria fácil frente al Chaves. en el banquillo se sienta por única vez Antonio Dominguez técnico de la casa que hace puente entre el destituido Mladenov y la llegada del brasileño Moisés. Ese día Chiquinho Conde hace un doblete y la puerta defendida por un calvo y aún sin bisoñé Mijailov, portero de la selección de Bulgaria en USA'94, queda a cero. Repite en el once la siguiente jornada, empate sin goles, frente a Vitoria de Setúbal en donde juega el padre de Ariza Makukula. No jugará más en lo que resta de esa temporada.
En el verano de 1990 Taira espera poder consagrarse en Os Belenenses, empezar a hacerse un hueco en las rotaciones del centro del campo del equipo. La directiva ha reforzado la delantera y, en el resto de líneas, la salida de Adao le abre la posibilidad de tener más minutos. Sin embargo se viene un problema, en el banquillo vuelve a estar Henri Depireux. Sí, sí, el belga del que lleva una foto en la cartera y que le dijo años atrás que se dedicase a otra cosa. Sin embargo el tiempo y las cosas han cambiado. El belga cuenta con él desde el primer partido e incluso le pone de titular frente al todopoderoso Oporto. Lo que pasa es que los resultados son muy malos. Una victoria en diez partidos y el belga a la calle.
No pinta bien ese año. Llega el brasileño Antonio Lopes que endereza el rumbo de un equipo en el que Taira va rascando minutos en las segundas partes. Lopes se marcha y Moisés, técnico de la anterior campaña, regresa a intentar salvar la categoría. Al igual que hizo el anterior Taira queda relegado al ostracismo, solo juega en las jornadas finales con el equipo ya descendido pensando más en la siguiente campaña en la Segunda División. El año en segunda le da a Taira minutos puesto que se gana la titularidad una vez Moisés es cesado y, el también brasileño Abel Braga, toma las riendas para devolver a Os Belenenses a la máxima categoría.
Desde esa campaña en segunda Taira se hace indiscutible. Es el encargado de manejar el ritmo del equipo. Jugar y hacer jugar a sus compañeros como a un joven brasileño Emerson que jugaría en España en Tenerife, Deportivo de la Coruña y Atlético de Madrid, con quien se entiende a la perfección sobre el césped. Las dos siguientes temporadas en la máxima categoría Taira, siempre que está disponible, juega contribuyendo a que el equipo no pase por apuros en la clasificación.
La relación Taira y Joao Alves: a las órdenes del ídolo.
Entrenador y jugador se buscaron para formar parte del mismo equipo. Tardaron en conseguirlo pero, al fin lo consiguieron, en el regreso de Taira a Os Belenenses.
En el verano de 1994 Taira cambia de aires, deja al equipo de sus amores, para emprender el reto de comandar al CF Estrela da Amadora. El equipo que la temporada anterior ha sido el equipo revelación con Joao Alves en el banquillo que años atrás lo había hecho campeón de Copa en 1990. Taira va allí deseando ponerse a las órdenes de su ídolo pero, cuando llega, Alves ya no está. En el banquillo se sienta Acacio Casimiro, la temporada no es buena ni para el equipo, que está a punto de descender, ni para Taira que apenas juega.
El deseo de ponerse a las órdenes de Joao Alves sigue vivo. Entrenador y jugador han cruzado sus caminos ya que luvas pretas está entrenando a Os Belenenses. Cumplido el objetivo de la primera campaña reclama el regreso de Taira para la temporada 1995-1996. Os Belenenses, con Alves en el banquillo y Taira a los mandos junto a Giovanella, Tulipa y Rogerio en la sala de máquinas, junto con César Brito en la delantera, logran la mejor clasificación en veinte años quedando a un paso de entrar en Europa, y, sobre todo, un juego vistoso que todos los aficionados añoran.
Joao Alves es el mejor entrenador que Taira ha tenido a lo largo de su carrera. "Un adelantado a su tiempo - según el centrocampista -ya que hacía labores de scouting que hoy parecen normales pero que en aquellos años 90 no existían en ningún equipo". El entrenador tiene ganado a Taira que es el encargado de expresar su idea de juego sobre el campo y, además, ser un hombre importante en el vestuario. José Américo Taira acepta el reto de convertirse en el hombre referencia de Os Belenenses y el equipo funciona.
Taira: la llegada de un internacional con Portugal a la Unión Deportiva Salamanca.
Taira llega a la UD Salamanca de la mano de su principal valedor: Joao Alves. Pasará en la UDS cuatro temporadas en las que dejará un recuerdo imborrable para la afición salmantina.
Las conversaciones sobre el buen juego desplegado por el equipo llegan a oídos del presidente de la Unión Deportiva Salamanca Juan José Hidalgo. El equipo salmantino acaba de tener un paso efímero por Primera División y se quiere armar un proyecto potente para devolverlo cuanto antes a la máxima categoría. Hidalgo se encomienda a Alves, un ídolo para el aficionado salmantino donde se le recuerda como el jugador de más talento que ha vestido la camiseta de la UDS. Entrenador y presidente se conocen desde la época en que Alves era jugador ya que, en aquel entonces, Hidalgo era el encargado de conducir el autobús.
El proyecto que arma la Unión Deportiva Salamanca, amparado en la recién estrenada ley Bosman, se basa en futbolistas procedentes de la Liga de Portugal. Se confía a ciegas en el ojo clínico de Alves que trae consigo a diez jugadores, ocho portugueses y dos brasileños, a los que se suman Míchel Salgado y Loren. Todo por apenas 200 millones de pesetas en una clara apuesta por jugadores jóvenes, desconocidos y de gran proyección deportiva. "Hemos armado un equipo de Primera para jugar en Segunda" decía un eufórico Hidalgo.
Los resultados en la pretemporada de aquel equipo disparan la euforia en la ciudad. Empieza la competición y el equipo no consigue los resultados esperados. En ocho jornadas el equipo no acaba de arrancar. La prensa salmantina se ceba con el entrenador, con su proyecto de extranjeros, e Hidalgo, comido por la presión mediática, ofrece la cabeza del entrenador que ha presentado su dimisión incapaz de revertir el ambiente que la prensa había creado. Taira reconoce que quizá "se nos exigía más por ser extranjeros y, más aún por ser portugueses, ya que en España nos ven como mucho más alejados de lo que los sentimos los portugueses a los españoles".
El comienzo de campaña no es bueno con la UD Salamanca pero Taira vive un momento muy especial. Después de varias convocatorias con la selección de Portugal, al fin, debuta en Albania saltando al campo en los últimos cinco minutos en una victoria fácil del combinado luso por 0-3. En Salamanca, Alves se despide del equipo para hacer sitio a Andoni Goikoetxea que consigue el objetivo del ascenso al hacer que el equipo no pierda un solo partido en toda la segunda vuelta. "Goikoetxea no llegó y con un toque mágico cambió el equipo. No. Él, que sí era un tipo que iba de frente y era honesto, se limito a aprovechar el talento que tenía y, con menos presión que Joao Alves, pudo hacer que las cosas funcionaran".
Tres temporadas más, para un total de cuatro, terminó jugando Taira en la Unión Deportiva Salamanca viviendo aquellas noches mágicas con Txetxu Rojo en el banquillo así como el sin sabor de un nuevo descenso. En su última campaña en Salamanca no pudo devolver al equipo a Primera pese haber realizado una primera vuelta extraordinaria con García Remón en el banquillo pero, al final, el equipo cayó como un equipo de naipes. José Américo Taira se despide para siempre de Salamanca, una ciudad a la que quedará ligado ya que su segundo hijo, Sebastián, nació en ella.
Taira: el primer fichaje de Monchi para el Sevilla
José Américo Taira se convirtió en el primer jugador que firmó Monchi como director deportivo para el Sevilla. Cumplía todos los requisitos de su política de contrataciones: bueno, bonito y barato.
En el verano del 2000, Taira se marcha a Sevilla. Monchi, hasta entonces portero del equipo hispalense, se ha puesto a los mandos de la dirección deportiva y le ha entregado el banquillo a Joaquín Caparrós que llega tras un paso breve por el Villarreal. Se trata de un Sevilla en reconstrucción, con muchos apuros económicos, que busca en la mezcla de veteranos y jóvenes valores regresar, cuanto antes, a la máxima categoría.
El Sevilla está ahogado en lo económico. El descenso agudiza los problemas y Monchi ha tenido que tomar decisiones complicadas. La primea vender al joven Marchena al Benfica y Jesuli al Celta de Vigo para poder hacer caja de cara a sanear algo las cuentas. Abrir la puerta de salida a Tsartas, Gabi Moya, Alfredo, Quevedo... La plantilla es prácticamente nueva en su totalidad. Taira ha llegado acompañado de Salamanca de Loren y César, también llega Pablo Alfaro o Casquero. El equipo de Caparrós se caracteriza por ser un once aguerrido, duro, Taira es expulsado en dos ocasiones en apenas diez partidos. No es el mejor fútbol de la categoría pero se consigue el objetivo: ascender.
La segunda campaña de Taira, ya en primera, es un páramo. Las puertas del once inicial se le cierran. La dupla de medios está clara: Casquero y Gallardo, que no fallan, no lesionan ni tampoco se pierden partidos por sanción. Taira se siete aún válido para el fútbol profesional de alto nivel. No entiende que Caparrós le haya relegado a una situación tan incómoda. Así, en el verano, avanzado ya el mercado de fichajes decide acordar su salida con el Sevilla para regresar a Portugal y enrolarse en el Farense.
Taira y su vuelta a Portugal
En los último días de mercado del verano de 2002 regresa a Portugal para tratard e ayudar a un equipo en apuros: Farense.
La vuelta a Portugal no es fácil para Taira. La familia está muy adaptada a la vida en España y, un nuevo cambio no es sencillo de gestionar. El equipo de la ciudad de Faro es ambicioso, la década anterior ha vivido los mejores años de su historia. El Farense se ha asentado en la Primera División e incluso ha llegado a disputar competición europea entrando en la Copa de la UEFA.
Sin embargo, el cambio de milenio no le ha sentado bien a la entidad. Las arcas del equipo están vacías y rápidamente, en esa temporada, 2002-2003 la cosa no pinta bien. El equipo acaba de descender ala segunda división. Taira espera poder aportar su experiencia con los ascensos logrados e Salamanca y Sevilla para alcanzar un tercer ascenso. La cosa no va bien desde el primer día. No hay dinero para nada ni para nadie. Taira, como el resto de sus compañeros, no cobra en toda la temporada. Apenas han visto la nómina del primer mes, toca vivir de las rentas y muchos de los compañeros no pueden hacer frente a la situación. Quien puede se marcha. Tres entrenadores pasan por el banquillo, pues el equipo acaba más cerca del descenso que de pelear por subir e una competición en la que Igor de Souza, delantero de la UD Salamanca en sus últimas temporadas de existencia, se hace con el trofeo al máximo goleador de la categoría.
Acabada la temporada la desbandada es general en el equipo. Allí no queda nadie. No hay dinero ni capacidad para conseguirlo. El club es descendido a la tercera categoría y, agonizará un par de años, antes de ser disuelto y refundado. Taira ha salido por piernas para, ya con 34 años, emprender su última temporada como futbolista en las filas del Oriental, equipo de la tercer división portuguesa, .ya que e segundo entrenador, Carlos Eduardo, que había sido compañero en Os Belenenses se lo pide. Allí da las últimas patadas a un balón reencontrándose con el fútbol como diversión, sin la exigencia del fútbol profesional. Acabado el año cuelga para siempre las botas e inicia distintas aventuras empresariales, siempre ligadas con el fútbol, que le han llevado a día de hoy, dos décadas después de su retirada, a ejercer como director deportivo de su amado Os Belenenses.
Colabora con Las Ganas de Ganar ayudando a mantener este espacio
De cara a sostener este espacio y los demás donde puedes encontrarnos. colabora con la aportación que desees: un cigarrillo suelto, un café, una jarra de cerveza o una entrada de fútbol a través de nuestra cuenta de Bizum +3464653559, indica en el motivo Las Ganas de Ganar y el nombre de tu jugador favorito y un correo electrónico para que podamos hacerte llegar contenido exclusivo.