Unionistas de Salamanca jugó como si no estuviese para perder el tiempo.Como quien cruza un semáforo en rojo queriendo apurar hasta el último segundo.
Unionistas de Salamanca 2-1 FC Barcelona Atlètic
Domingo por la mañana, partidazo. Lo que de niño era obligación de ir a misa, ayer fue excusa para ir al fútbol. Sin remordimientos. Igual que de pequeño me saltaba la misa de niños de San MAteo para fugarme a la Escuela de Fútbol de Garrido, ayer me la fumé para ir al Reina. Una ventaja, ya no tengo que estar pendiente de quitar el barro a los zapatos antes de entrar en caso para no confesar el pecado.
Pecado es el de quien viese el partido entre Unionistas y Barcelona Atlético sin disfrutar. Vaya ritmo al que juegan los futbolistas de Dani Llácer. Los jugadoresblanquinegros, pese a comenzar perdiendo desde el minuto 5 del pipiolo de dieciseis años Toni Fernández (A su edad estaba yo tomando quitabragas en el Azul y Blanco y tomándome tres jarritas de kilimocho en taberna por 500 pelas), juegan como si no hubiese un mañana. Dijo el técnico al acabar que el quiero un equipo atrevido y protagonista durante toda la temporada, que esa debe ser lo que identifique al equipo, y, hasta le momento, amén de que cumple.
Unionistas de Salamanca jugó como si no estuviese para perder el tiempo.Como quien cruza un semáforo en rojo queriendo apurar hasta el último segundo, que la vida no para. Iván Moreno no paró de intentarlo por la banda izquerda comprometiendo al lateral Landry, Pau Martínez de lanzar diagonales desde el lado izquierdo y Eduald Vergés de sumar kilómetros. En el área del Barcelona no paraban de llover balones colgados desde las bandas aunque con poco peligro de facto ya que el meta culé, Astralaga, apenas tenía que intervenir.
El peligro real lo ponía los chavales del Barcelona que llegaban poco pero obligaban, cada vez que asomaban por la inmediaciones del área, a emplearse al máximo a la defensa unionista y al meta Iván Martínez. La tensión en la grada era máima porque se temía que un segundo gol en contra cerraba el partido y que, por contra, lograr la igualada acabaría por decantar la balanza del lado salmantino. Urgía lograr el empate y, ante las decisiones arbitrales, la grada apretaba buscando encontrar la ocasión manifiesta que, aunque el equipo jugaba a un gran nivel, no acababa de aparecer.
Se llegó al descando con el cero a uno. A la vuelta el inicio de Unionistas fue apabullante, Carlos De la Nava la tuvo pero un defensor sacó bajo paloss el balón, Pau Martínez en un disparo lejano metió al susto al meta catalán, Santamaría en un remate sobre un balón que parecía perdido lo acarició pero al balón se topó con el larguero... Ocasiones y llegadas que no obtenían premio. Así que Llácer, movió la coctelera con los cambios. La idea era que el equipo mantuviese el ritmo y le añadiese una pizca de explosividad con Rastrojo y Jonny Arriba. Salió cruz para el primero que salía de una lesión y en apenas diez minutos se vio metida en otra.
La cara del partido se la llevó Jonny Arriba que, sustituyendo a De la Nava, hizo un doblete. Primero con un dispara inapelabra desde fuera del área, uno de los goles de jornada sin duda, y otro apareciendo como un rayo adelantándose a la defensa barcelonista para darle la vuelta al marcador. Algo impensable después de que cinco minutos antes Ramiro fuese expulsado quedando el equipo local con diez jugadores. Pero esto es el Reina Sofía señores donde sucede lo que no imaginas. Si no estás dispuesto a creerlo será mejor que te apartes.