Las dudas en el proyecto de Dani Llácer al frente de Unionistas se manifiestan, con más fuerza, tras el empate a tres frente al Amorebieta en Urritxe en un partido que los charros no supieron ganar.
SD Amorebieta 3-3 Unionistas de Salamanca
Los meses de cinco semanas, como es este de octubre, se hacen eternos. Que se lo digan a Unionistas y Dani Llácer que, en estas tres semanas, con tres empates cosechados parece que asoman los fantasmas antes de tiempo y hay quienes no desean que el técnico valenciano alcance a comerse los buñuelos. La razón, ver cómo una victoria que parecía encauzada, se vuelve a escapar en los minutos finales. Miedo a ganar dice el técnico.
Estoy estos días leyendo el libro de Martí Perarnau, Dios Salve a Pep, en el que se hace un recorrido del paso de Pep Guardiola por el Manchester City. Válgame el cielo que las comparaciones son odiosas pero hay algo en la situación inicial, en los primeros meses del técnico catalán en Inglaterra, que es compartida: la zozobra del equipo cuando tiene que hacer frente a situaciones de tensión con el marcador a favor. La causa no radica en la falta de espíritu de equipo o por falta de trabajo, sino en la ausencia de un carácter ganador. Puedes tener un equipo muy bueno, con los mejores futbolistas pero que, en ausencia de una impronta ganadora, no alcanzará el triunfo y, a la inversa, equipos limitados que, con recursos escasos, poseen el valor de una impronta vencedora consiguen vencer aunque de inicio cuenten con escasas posibilidades de lograrlo. El mayor trabajo de Llácer, hoy por hoy, está ahí, en dotar al equipo de una impronta ganadora, a sí mismo como técnico, y ser capaz de trasladarla al equipo. Es algo sobre lo que cimentará su carrera si no quiere ser el Lotina o Lucas Alcaráz de la categoría.
El empate a tres en Urritxe ha desatado los comentarios acerca de la mala planificación de la temporda, los errores en la confección de la plantilla o el hecho de haber entregado el banquillo a un técnico sin experiencia, La memoria es frágil. La temporada pasada, con Dani Ponz en el banquillo, el inicio fue parecido a este en cuanto a puntuación en el casillero. El equipo en diez jornadas sumó 13 puntos, hoy tiene 11 con un partido menos, después de sufrir una goleada frente al Arenterio, rival de Unionistas la próxima jornada. Tiempo al tiempo, al igual que se tuvo paciencia en la campaña anterior, deberíamos tenerla en esta ya que las dinámicas de entrada son semejantes.
Iniciado el proyecto de esta temporada desde la afición, aunque desde el club se tratase mandar apelar a la prudencia, se instaló el mensaje de que esta campaña toca jugar playoff. Servidor también sueño con la posibilidad de conseguirlo, queda mucho aún hasta el mes de mayo. Cuando se inicia un proyecto tendemos a caer en el error de prever el resultado alrededor de lo que sabemos y, sobre ello, establecemos un logro posible así como el tiempo que tardaremos en conseguirlo. Sin embargo, suele ser un cálculo erróneo ya que no nos hemos molestado en consultar a otras personas que llevaron a cabo un proyecto semejante acerca del tiempo que les llevó concluirlo.
Empieza ya, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, mientras estás durmiendo hay otra persona que está trabajando para conseguir lo que persigues... Mensajes estos que nos rodean y alientan a comenzar la ejecución de un proyecto desde la premisa de que, con los errores que vayan apareciendo por el camino debidos a una mala planificación, irás mejorando si aplicas respuestas creativas conforme se vaya corrigiendo.
Los errores enseñan sí, bien lo sabe Dani Llácer y especialmente el director deportivo Rubén Andrés con el descenso contra pronóstico del Numancia de Soria, pero se corre el riesgo de cometer uno tan grande que no haya marcha atrás. Un ejemplo, la ópera de Sydney, un edificio icónico y referente en el que, por paradójico que resulte, no se puede escuchar ópera porque su sonoridad es deficiente por empezar a construir sin una planificación minuciosa.
Creo que para esta temporada Unionistas de Salamanca ha planificado bien, evidentemente habrá cometido errores en la confección de plantilla y deberá corregirlos, si puede, en enero pero vayamos por partes. Desde Unionistas y la directiva trabajan desde el pensamiento de Daniel Kahneman, premio Nobel, que sostiene que los grandes proyectos, como es el de Unionistas desde su modestia, debe pensarse lento, con una planificación detallada para cada área de trabajo para, una vez contemplados los escenarios, actuar con rapidez.
En un club, tan joven, que hasta el momento ha trabajado desde las soluciones inmediatas a los contratiempos que presentaba el día a día, seguirán sucediendo como vimos la pasada semana en el encuentro ante el Lugo, se percibe un cambio hacia este tipo de pensamiento más pausado. Desde la llegada de Roberto Pescador a la presidencia se ha apostado por trabajar en el desarrollo del club desde diferentes áreas.
Por tanto paciencia, dejemos que Llácer y los jugadores se coman los buñuelos tranquilos y el miedo a ganar se diluya. Definido, desde el primer encuentro, claramente el carácter y la personalidad que Unionistas quiere tener creo que, más pronto que tarde, el equipo dará un golpe sobre la mesa con un aquí estoy yo. Larga vida al Rock and Roll.