El paso de Joao Alves como técnico en la UD Salamanca dejó un reguero de polémicas con prensa, personal del club y afición.
Cuando las cosas se complican no hay solución más fácil que enconmendarse a los santos. Los presidentes del fútbol español han sido siempre muy dados a este remedio: recurrir a un antiguo jugador, asociado a tiempos mejores, para remontar el vuelo o recuperar la gloria perdida. Todos equipo lo ha hecho y la Unión Deportiva Salamanca no iba a ser menos.
Varios exjugadores de la Unión Deportiva Salamanca terminaron, tiempo después, sentados en el baquillo del Helmántico tratando de enderezar el rumbo del equipo. Se recurre a estos jugadores para que, su solo pasado, mejore el rendimiento y su ascendencia sume puntos y, sobre todo, sirva como tapadera de otros problemas y decisiones que conviene ocultar. Sito, Balta, D'Alessandro, Zegarra, Lobo Diarte, Neme, Rezza y Joao Alves han sido jugadores que en las últimas décadas de la Unión Deportiva Salamanca triunfaron en el césped y volvieron para comerse el marrón dirigir al equipo en una situción comprometida.
El portugués Joao Alves, inolvidable jugador de la UD Salamanca, en la década de os setenta asumió el reto de devolver a la UDS a Primera División tras el descenso de categoría. Era el verano de 1996 y el presidente Juan José Hidalgo, amigo del portugués desde su paso del luso como jugador ya que, por entonces, el empresario era el conductor del autobus del equipo, le abrió la puerta de regreso al equipo para sentarse en el banquillo.
Joao Alves: su carrera como técnico antes de entrenar a la UD Salamanca
La experiencia previa de Joao Alves en los banquillos es amplia. "Luvas pretas" llevaba tiempo entrenando en su país: Portugal. Siempre al mando de equipos modestos.se inició como entrenador en el Boavista en la campaña 1984-85. En el conjunto ajedrezado disputó más de 100 partidos como jugador, en dos etapas, fue el equipo del que procedió cuando firmó como jugador por la UD Salamanca y su último equipo como jugador en activo. Joao Alves pasó de liderar al equipo en el campo a, una semana, después saltar al banquillo para relevar al técnico Mario Wilson que había sido campeón de Liga y Copa con el Benfica y seleccionador nacional.
Dos temporadas duró su primera aventura en el banquillo en Boavista para, desde allí, furmar por el Estrela da Amadora en 1988. Esta etapa le reportó su mayor éxito como técnico al conseguir, en su segunda campaña, su mayor logro: la Copa de Portugal. Un título que el equipo levantó tras ir superando rondas acumulando un total de cinco prórrogas para, finalmente, lograr el título ante otro modesto el Farense. Fue una final que requirió de dos partidos, el primero que concluyo con empate a tras el tiempo reglamentario y la prórroga necesito de un nuevo partido de desempate que el conjunto de Alves se llevó por 2-0 una semana después.
El éxito con Estrela Amadora le ofreció la oportunidad de volver a Boavista con el objetivo de poner al equipo a pelear por los puestos altos de la clasificación tras una amlaa campaña previa. El equipo mejoró sus prestaciones consiguiendo clasificarse para disputar la Copa de la UEFA al terminar cuarto en esa campaña 1990-1991 en gran parte gracias a los goles de dos brasileños. Brandao, posteriormente pasó sin pena ni glora por el Real Valladolid, y Jorge Andrade. A pesar de la mejoría Alves no continua al frente del equipo la campaña siguiente y pone rumbo al Vitoria de Guimaraes.
En Guimaraes, recluta a varios exjugadores suyos en Estrela Amadora, Paulo Bento, qu le había dado la Copa a Estrela Amadora con una gran volea, y Lemba para ser el equipo revelación de la temporada logrando clasificación para la UEFA, apoyado en el gran redimiento goleador del tunecino Tlemani que anotó 15 goles en aquela temporada 1991-1992. Una gran campaña, la afición adorando al técnico e ilusionada con jugar en Europa y, sin embargo, Alves da un giro de timón para tomar una decisión basada en el corazón: entrenar en segunda división. El Estrela Amadora, tras tocar el cielo dos años antes, ha caído presa de su éxito y bajado de categoría. Alves va al rescate para devolver al equipo a la máxima categoría en su regreso y asentarlo en primera en el segundo año junto a jugadores de su confianza en Guimaraes como Quim Machado y Caio Junior.
Cumplido su trabajo en Estrela Amadora, el siguiente paso es firmar por el club lisboeta de Os Belenenses. Al equipo del barrio de Belem llega iniciada la temporada para relevar a Jose Romao. En la plantilla en la que aparecen varios jugadores croatas como Ivkovic, Zoran Ban y Petrovic, hay una extraña mezcla de veteranía y juventud que hace que el equipo no acabe de funcionar para terminar la temporada 1994-95 en mitad de tabla lastrados por la falta de gol. El nigeriano Ricky Owubiokiri que se habia hinchado a meter goles en su trayectoria en la liga portuguesa, incluido un año junto a las órdenes de Alves en el Estrela Amadora campeón de Copa, los años anteriores apenas hace un gol en toda la temporada y, como dato, apenas 6vtantos consiguió el máximo goleador del equipo esa temporada: Mauro Gabriel Airez.
En el segundo año en Os Belenenses 1995-1996, con plenos poderes para Joao Alves en la configuración de la plantilla, el equipo se destapa. Juega un gran fútbol que deja al equipo a las puertas de clasificarse para jugar en Europa al año siguiente. En ese equipo aparecen los siguiente nombres: Ivkovic, Nuno Afonso, César Brito, Taira, Giovanella, Rogerio, Tulipa, o Catanha, nombres que terminarán por resultar muy familiares a la afición de Salamanca.
El mejor jugador de la historia de la UD Salamanca, Joao Alves, llega al banquillo.
Estamos en junio de 1996. La Unión Deportiva Salamanca en Segunda División tras un efímero paso por la máima categoría en la que una plantilla muy limitada, especialmente en lo defensivo, empezó a ver como imposible la permanencia desde el mes de marzo. Una penitencia el final de temporda pese a que Jorge D'Alessandro llegase como revulsivo al banquillo. Gaseosa. El técnico argentino no mejoró, e incluso emperó, los numeros que había obtenido Juan Manuel Lillo. Su intención inicial era la de seguir pero Jun José Hidalgo no opinaba lo mismo, dudaba, y ya se sabe. Si al de Villanueva de Conde no le entras por el ojo y pasas por el aro lo tienes dif´cil. el mal clima y las exigencias del antiguo guardameta de la UDS, hicieron que Hidalgo le diera por besada y a otra cosa mariposa.
Juan JoséHidalgo tiene otra idea en su cabeza. Volver a confiar en un jugador de leyenda en el equipo. La cosa no ha funcionado con Jorge D'Alessandro pero tiene otra opción en la recámara. El mejor jugador que haya vestido nunca la camiseta de la Unión Deportiva Salamanca: Joao Alves. El portugués e Hidalgo guardan relación de cuando el ahora presidente era el chófer del autobús del equipo el tiempo que luvas pretas defendió la camiseta blaquinegra.
Son mediados de junio, la atención futbolística está en la Eurocopa de Inglaterra, pero la actividad en las oficinas del estadio Helmántico es frenética. Primero se ha cerrado el capítulo de las salidas. Hay que aligerar el coste de la plantilla por lo que varios jugadores han visto la puerta de salida: Del Solar, Jandri, Sukunza, Latorre, Ayúcar y Quico ya han dicho adiós. Se esperan más salidas e incluso se espera hacer caja con ellas. El jugador con más opciones dejando algo de dinero en caja es Joan Barbará, su gran temporada le hace que varios equipos pregunten por él. El Tenerife es quien cuenta con más opciones. Clasificado para jugar la UEFA parece un gran destino para Barbará que está encantado con la idea. Hidalgo aprieta, aprieta y vuelve a apretar, parece que el traspaso está listo a cambio de 75 millones de pesetas pero, cuando todo parece listo, la operación se cae porque al presidente blanquinegro le parece que está regalando al jugador.
Volvamos. Es mediados de junio, las negociaciones para el traspaso de Barbará se van al garete. Hidalgo, con sus machos por delante, no está dispuesto a más negativas. Ha mandado días atrás a su hermano Antonio y al asesor jurídico del club a Portugal para convencer a Alves de tomar las riendas de la Unión Deportiva Salamanca. No percibe avances por lo que se lanza el mismo a viajar a Lisboa a concretar la incorporación del técnico. La relación personal con él y la promesa de que tendrá libertad total para incoporar gente de su total confianza convencen a Joao Alves. Sí, quiero.
Joao Alves viene de lograr buenos resultados en el fútbol portugués con equipo modestos. Sabe que el objetivo es el ascenso. Sí o sí. La dirección deportiva ya ha ido conformando la plantilla puesto que ha incorporado ya al central Loren, procedente del también descendido Mérida, a cambio de 15 millones y al portugués Paulo Torres. Iturrino, que ha jugado en Salamanca la campaña anterior a préstamo por la Real Sociedad, también seguirá un año más a cambio de 7 millones de pesetas para el equipo txuriurdin.
Bien, hay parte del trabajo hecho pero Joao Alves viene con una lista de jugadores a incorporar. El técnico, a lo largo de su trayectoria, ha llevado consigo a jugadores que ha dirigido y le han respondido para construir un bloque de garantías desde el primer partido. La sorpresa llega cuando, al revisar la lista, la dirección deportiva comprueba que todos los jugadores propuestos por el técnico provienen del fútbol portugués. Mayoritariamente, además, del club que acaba de dirigir: Os Belenenses. En las oficinas fruncen el ceño. No se fían. Dudan de la calidad de los jugadores y que estos mejoren el nivel de lo que ya hay. Además, está el inconveniente de la adaptación al fútbol español. Se requiere tiempo y el ascenso no puede esperar.
Juan José Hidalgo está entusiasmado con Joao Alves. No atiende a los recelos ni a las dudas que miembros del club le trasladan. Hidalgo, hombre de negocios, ve que la Ley Bosman le abre toda una oportunidad de negocio. El mercado portugués está por explotar, en él, según le asegura Joao Alves, podrá encontrar jugadores de mucho talento a muy bajo coste que, bajo su mando, se revalorizarán rápidamente y que, con el ascenso, dejarán un buen dinero en las arcas del club. Hágase, indica Hidalgo.
Empieza, desde ese momento, una carrera por incoporar jugadores en la que se entremezclan los criterios de la dirección deportiva y los de Joao Alves. El portugués pone el foco en los futbolistas de su país, más concretamente de Os Belenses, su último equipo. Pocas veces se habrá presenciado en la historia del fútbol semejante volumen de traspasos entre dos clubes en un verano. Aprovechando las dificultades económicas del club lisboeta, Juan José Hidalgo aprovecha la situación como si de las rebajas de Modas Tedy se tratase. Cinco jugadores, pudieron ser más ya que la incorporación de Paula Madeira se iba de precio, pusieron rumbo a Salamanca a reencontrase con su técnico de referencia: Catanha, Taira, Giovanella, Ivkovic y César Brito.
No son los únicos en llegar desde Portugal. Nuno Afonso, un joven central que también estuvo a las órdenes de Alves, el lateral Miguel Serodio que lleva años asentado en la máxima categoría portuguesa y Pauleta, joven delantero que ha destacado en la 2ª división portuguesa, que provocará un sonado conflicto en el club. Un total de ocho jugadores vienen de la mano de Alves que, a su vez, da el visto bueno a traer como cedido del Real Madrid a Agostinho y está entusiasmado con el movimiento revio del club de haber incorporado a todo un campeón del mundo juvenil como Paulo Torres.
La dirección deportiva duda del nivel de los jugadores. Estamos a mediados de los noventa, no hay los medios actuales y nadie en el club ha visto jugar a los recién incorporadas. Es la palabra de Alves frente a sus dudas. Se sabe que a los mitos no se les cuestiona, primero se trae a Ivkovic cuando desde el club tenía atado a Stelea ya que Alves frena la operación, porque si hay alguien que sabe detectar a un buen jugador es otro buen jugador. Acaso va a saber más de fútbol Antonio Hidalgo, hermanísimo del presidente, que Luvas Pretas. Por favor.
Joao Alves, aun siendo terco, transige. Es bueno que jugadores que conocen la categoría y el fútbol español estén en el equipo. Ya hay una base de la campaña anterior y veteranos como Claudio o Luis Manuel. Otros que concocen bien el club y la ciudad: Vellisca, Torrecilla, Barbará y Aizpurúa. Además está Stinga, aunque se espera poder hacer caja en breve con él, para que el equipo funcione en lo que se acoplan todas las piezas. Las llegadas de Zegarra procedente de Badajoz y Míchel Salgado del RC Celta, como parte de la de operación de las salidas de Josema y Del Solar, terminan por completar una plantilla que, a simple vista, parece la más potente de la categoría.
Estamos en 1996 en Salamanca, no lo olvidemos. Se habla de la Ley Bosman en el fútbol, nadie tiene ni idea de lo que es la Unión Europea ni Tratados de Maastrich. Aquí solo importa que llueve el dinero procedente de eso llamado Europa, olé que ahora para ir a Vilar Formoso o Miranda do Douro no hace falta pasaporte y poco más. Si ahora en el fútbol se pueden fichaar jugadores sin que ocupen plaza de extranjero adelante. Pero, poco a poco, comienza a extender y a calar el mensaje de que dónde vamos con tanto portugués, con lo que miramos por encima del hombro los charritos a los vecinos lusos. A ver si ahora, en una ciudad salvaguarda de la tradición, vamos a ser los más modernos de los noventa.
La tensión y el recelo hacia Joao Alves entre la idiosincracia del club es palpable. El conflicto estalla con Pauleta. En la dirección deportiva no entienden que el club vaya a incorporar un delantero, jovencito de apenas 22 años, procedente del Estoril lde la 2ª División portuguesa. No hay quien se crea que ahí haya un gran jugador. Cómo va a serlo y que ningún otro club lo vea. En los despachos de la carretera de Zamora no dan crédito. Sin embargo, Juan José Hidalgo mantiene su órdago con Alves y da el ok para que el jugador pae el reconocimiento médico. Pauleta llega a la clínica de los servicios médicos del club y, desde ahí, se desaconseja su fichaje. El atacante padece una pubalgia. Esta dolencia se aprovecha por los contrarios a Alves para, por una vez, conseguir que no se salga con la suya. Error.
El técnico, sabedor de que no cae en gracia, entra en cólera. Uno, por la incomepetencia de los servicios médicos, y dos, por ver cómo la prensa aprovecha para echársele encima instigada por trabajadores del propio club. No hay problema, Joao Alves se reúene con Hidalgo, le explica que la pubalgia es una dolencia habitual en cualquier futbolista y que estarían locos dejando escapar a Pauleta por 30 millones de pesetas. El tiempo daría la razón al luso cuando, dos veranos después, con un pichichi en Segunda y 34 goles, dejará 800 millones en la caja fuerte de la UD Salamanca.
No es la primera vez que Joao Alves se enfrentaba al club a razón de la política de fichajes. Cuando era jugador, se agarró un buen enfado cuando, antes de finalizar su primera temporada en la UDS, ya se hablaba de que el Oporto tenía la intención de ficharle. Pero, sobre todo, por el hecho de que el club le dejara colgado ante un amigo suyo al que había convencido para incoporarse al club salmantino: Nené. Este delantero, internacional portugués, jugaba en el Benfica con quien había marcado más de 100 goles, cuando se reunió con entrenador, presidente y el propio Alves para concretar su incorporación para la temporada 1977-78. No se produjo ya que el club, debido al peso en la plantilla de D'Alessandro y Rezza optó por incoporar a los paraguayos Báez y Cino. Ocho goles anotaron entre los dos la siguiente campaña por 18 del delantero del Benfica. Joao Alves se reuniría con él para jugar juntos en el club lisboeta la siguiente temporada
Estaba la cosa calentita en el Helmántico. La solución final. Prescindir de los servicios médicos que hasta entonces tenía contratado el club. Toma ya. Haciendo amigos. El portugués ya no se fía de los médicos del club, quiere otros nuevos no siendo que torpedeen su labor. Un año después, ya no siendo técnico de la UDS, saltará una noticia en Portugal en la que el médico de Os Belenenses en las campañas de Alves como entrenador, Luis Lourenzo, fue acusado de proporcionar anfetaminas a los jugadores en la campaña 1995-1996 a fin de evitar el descenso de categoría.
Un médico dio anfetamienas a los jugadores de Os Belenenses. El País. 2 de junio de 1997, consultado 23 de septiembre de 2024.
El Salamanca negocia con Joao Alves. El País. 19 de junio de 1996, consultado 23 de septiembre de 2024.
María del Mar Rosell. Alves no es transferible según el Salamanca. El País. 28 de abril de 1977, consultado 23 de septiembre de 2024.
Alves vuelve a dimitir y eta vez el Salamanca sí acepta. El País. 28 de octubre de 1996, consultado 23 de septiembre de 2024.