Dani Llácer atraviesa días complicados al frente de Unionistas de Salamanca tras ver cómo su equipo sigue sin ganar fuera del Reina Sofía.
La acumulación de derrotas cuando Unionistas juega de visitante, no habiendo sido capaz de ganar fuera del Reina Sofía en los seis meses que van de campeonato, están cuestionando la figura de Dani Llácer. El técnico valenciano debe hacer frente, cada quince días, a las iras y el desafecto hacia su desempeño por un gran número de los aficionados del equipo salmantino.
Daniel Llácer está empezando a vivir, en su estreno como primer entrenador, los sinsabores de su profesión. Da igual que se trate de un club de elite o modesto, de fútbol negocio o de fútbol popular, en todos ellos, el entrenador siempre será ese personaje que es responsable de todo y partícipe de nada. Un hombre, el entrenador de Unionistas de Salamanca, condenado a ser solitario. Una soledad en la que, estod días tras la derrtota ante el Barakaldo CF, en la que equipo de trabajo y jugadores han arropado y trasladado su afecto y confianza al míster. Llegará el moemnto en el que no cuente ni con eso pero, ¿cuál debe ser la misión de un entrenador?
Dani Llácer y la dura labor de ser entrenador de Unionistas de Salamanca
Las opiniones acerca del trabajo de Llácer son de todo tipo. El técnico cuestionado desde el minuto uno de su designación, no tanto por la duda en sus conocimientos sino por su aspecto aniñado, su edad y su escaso temperamento le han puesto en la picota acerca de su capacidad para liderar un vestuario. Tendríamos que valorar, como aficionados, hasta qué punto nuestras opiniones hacia el desempeño de Llácer están mediatizadas por la primera impresión y todo los juicios acerca de su desempeño están en relación a esta.
Un entrenador, sea de Unionistas de Salamanca o de cualquier otro equipo, tiene como trabajo principal dirigir los entrenamientos, determinar las tácticas y los planes de partido a seguir así como saber rectificarlos sobre la marcha si es necesario, proyectar un impulso anímico a una plantilla que despierte el deseo de victoria y en la confianza de que se disponen capacidades suficientes para alcanzarla. Muchos son de la opinión de que valor de un entrenador estriba en su personalidad que sirve como palanca de motivación así como de parapeto en situaciones complicadas.
Por otro lado hay quienes demandan que un entrenador debe ser un relaciones públicas. Da igual que no tenga muchos conocimientos tácticos, que pase por alto las jugadas de estretgia o la preparación física, lo importante es que sea un gentelmen. Un tipo que sea líder en el vestuario, carismático, que sepa torear las exigencias de la directiva y como generador de rico contenido para los medios de comunicación. Otros, quienes piensan que el fútbol es de los futbolistas, piensan que los entrenadores son nada más que un mal necesario.
Dani Llácer, así como cualquier otro técnico, tendrá que convivir con que nunca será del gusto de todo el mundo. Ya sea Dani Llácer el tñecnico de Unioonistas de Salamanca o de otro club, así como los técnicos que le sucedan en el banquillo charro. Ser entrenador, salvo contadas ocasiones no es una labor cargada de perstigio y, en caso de conseguirlo, se estará deseando cargar las tintas contra quienes han escapado a un veredicto unánime de culpabilidad en la dirección de un equipo de fútbol.
La misión de Dani Llácer como técnico de Unionistas de Salamanca
Analicemos cuál es la misión de Dani Llácer como técnico de Unionistas de Salamanca. El trabajo del entrenador debe estar cimentado en cuatro pilares que le den razón de ser a su trabajo.
- Primero debe actuar como un maestro en la enseñanza y metodología que aplica, es decir, los jugadores deben entender qué es lo que se demanda de ellos, cómo pueden hacer de forma eficiente aquello que se les pide y la razón por la que deben hacerlo. En esto, los juagdores, directivos y quienes presencian el trabajo enfatizan su confíanza en el método de trabajo aplicado por Dani Llácer.
- Segundo, el trabajo de Dani Llácer debe estar enfocado en la definición de una estrategia a seguir, en cada partido, así como a lo largo de la temporda. En esto el técnico ha mostrado ciertos vaivenes, en los que Unionistas ha hecho porpuestas brillantes de inicio en muchos partidas con otras muy cuestionales viendo el rendimiento en las primeras partes.
- Tercero, un entrenasdor debe ser capaz de enmendar la dirección que toma el equipo en el transcurso de un partido. Dani Llácer en este punto no se ha mostrado muy fiable. Sus movimientos tácticos y de jugadores no han sido los más acertados, especialmente actuando como visitante, durante la primera vuelta del campeonato coincidiendo, curiosamente, con una larga racha de encuentros sin perder. En los últimos tiempos, cuando mejor ha funcionado su toma de decisiones en tiempo real, peores resultados ha cosechado.
- Cuarto, un entrenador es un psicólogo en la dirección de un grupo humano y en su capacidad de motivación. Como el propio Dani llácer reconocía al acabar el encuentro ante el Barakaldo, hay algo que, en este sentido se le escapa y que no es capaz de transmitir. El técnico parece frustrado al ver que sus juadores no entran centrados a los partidos, verlos falto de hambre y de espíritu competitivo. Aqui entran en juego lidiar con la trayectoria pasada así como analizar los rituales previos a los partidos (viaje, comida, ocio, llegada al estadio, calentamiento...) que provocan esa desconexión, tanto por parte del cuerpo técnico como de cada uno de los jugadores. Toca descomponer cada conducta realizada, analizarlas, ver la secuencia y cómo afecta al estado de ánimo con el que se inicia cada encuentro.
Desde este análisis y las actuaciores reforzadoras y correcticas de estos cuatro aspectos Dani Llácer y su cuerpo técnico podrán ser capaces de revertir las sensaciones así como estar más cerca de conseguir los resultados deseados. Solo con trabajo constante, confianza en las propias posibilidades y tener conformados un buen equipo de trabajo la labor estará más próxima a los objetivos deseados. No es nada nuevo saber que a Dani llácer se le valorará su desempeño en Union istas de Salamanca en base a los resultados que consiga, pero centrarse únicamente en ellos pueden cegarnos tanto cuando estos son buenos como cuando no lo son.
Dani Llácer vive, le guste o no, inmerso en una corriente que arrastra las exigencias y las urgencias de todos, los agoísmos de unos cuantos y la incomprensión de la gran mayoría. No le queda otra al técnicode Unionistas que aceptar que las cosas son así, pero al menos lo que sí que le pedimos es que no pierda el derecho a rebelarse ante estas situaciones.