Venimos del barro y embarrados terminamos. Unionistas de Salamanca llegaba a Irún con ganas de sacar su primera victoria a domicilio y, pese a volver a anotar dos goles, cuarta vez en lo que va de temporada, se quedó sin premio.
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Comenzó el partido con el aire de cara, minuto cuatro y penaltis a favor que Gorka Santamaría lanzó al centro de donde el portero no se movió, rechazó el balón y suerte que Jordi Tur fue el más rápido para embocarla. Parecía venir de cara la mañana, pero apenas tres minutos después el Real Unión conseguía empatar en la salida de un córner. Volver a empezar.
El encuentro no quedará para el recuerdo por el buen juego desplegado. Quedará para el recuerdo precisamente por recordar a partidos de antes, de aquella Segunda B en la que encuadrados en un grupo vasco tocaba disputar muchos partidos en estas condiciones. En una de esas un vizcaíno como Gorka Santamaría, por fin, puso fin a su sequía goleadora y embocó un gol típico de nueve del norte. Unionistas estaba de nuevo por delante en el marcador pero si hay algo que es rutina este año fuera de casa es ponerse piedras para echarlo todo a perder. Hoy tocaba quedarse con diez con una hora por jugar.
Tocó asedio del equipo de Albert Carbó tras el descanso. La consigna era clara. Balones al área y que Unionistas achicara agua. Unionistas hacía lo que podía y resistía . Hasta que en un una segunda jugada, como en el primer gol, a la salida de un córner Ramiro se desentendida de su marca queriendo sacar al equipo y gol. Media hora por jugarse, el equipo incapaz de acercarse al área rival y Dani Llácer movió el banquillo. No acertó. El técnico unionista sigue sin acertar en sus decisiones durante los partidos. Ya son muchas veces y, al final, un penalti irresponsable de Álvaro Gómez acabó con el partido. Tres a dos para el Real Unión que encadena su cuarta victoria consecutiva y ya mira hacia arriba.
Encara Unionistas un mes clave. Los cuatro próximos partidos, tres en el Reina Sofia, definirán la lucha de los salmantinos. Las cuentas son claras; seis victorias para lograr la permanencia, once para playoff. Quedan catorce partidos por delante pero, ante todo, un misterio clave por resolver: qué equipo queremos ser. Empezamos hablando de rock and roll, de la energía del Reina y, a este ritmo, acabaremos como en un concierto de Mocedades con todos dormidos sino despertamos a tiempo.